En diálogo con Perdidos en el espacio, la autora comentó que se enteró de la existencia del premio La bestia equilátera a través de la red social Instagram.
“Ya tenía escrita la novela y la envié para probar suerte. Fue una sorpresa inesperada y muy gratificante”, expresó. Seguido, manifestó “traté de escribir desde la sencillez, que no tuviera giros muy dramáticos ni una trama muy rocambolesca, pero llegar a temas profundos”.
En ese sentido, “tenía claro que quería contar la historia hacia el pasado y que quien la cuenta sea una persona madura. Por eso es una chica joven cercana a los 30 años que viaja a una cabaña aislada del mundo, en un bosque que no sabemos donde está, pero tiene que convivir con otro escritor con quién al principio parece no haber sintonía. A partir de ahí vamos a ir hacia adelante y hacia atrás en el tiempo. Tenía en claro que la historia debía ser natural, y a medida que iba escribiendo iba viendo que había muchas conexiones, dejé que todo se fuera entrelazando naturalmente”.