En diálogo con Perdidos en el Espacio, la autora explicó que ANCLA “se proponía informar lo que los medios de comunicación no informaban, pero fundamentalmente funcionaba como una herramienta de contrainteligencia de la organización Montoneros dando a conocer y trabajando sobre discusiones que los distintos sectores encaramados en el poder tenían entre sí, intentando romper su unidad”.
La agencia ideada y diseñada por Walsh continuó funcionando luego de la ejecución del periodista a manos de la represión ilegal el 25 de marzo de 1977, por el trabajo de militantes.
“El funcionamiento de la agencia era muy distinto a lo que estamos acostumbrados: no existían las redes sociales ni los celulares: todo era con máquina de escribir. Se mandaba a través del correo postal y a los medios, y lo que se buscaba no era construir una prensa partidaria, sino cubrir con una identidad profesional una agencia de noticias que tuviera toda las convenciones del género periodístico agencia de noticias”, expuso.
Luego comentó que ANCLA se nutría de información gracias a “un trabajo que llegaba desde la gran inserción que tenían las organizaciones que ingresaban a la fábrica, que vivían en el barrio, y podían dar cuenta de las situaciones que se estaban viviendo” y destacó que los cables “eran partes muy profesionales” desde lo periodístico.
“Cuando se van difundiendo los materiales, se van viendo las denuncias de las violaciones a los DDHH y obviamente la denunciar del plan económico, pero también una preocupación por salir a dar la discusión y hacer que los milicos se peleen entre ellos”.
Entre otros objetivos estratégicos, el aporte de ANCLA “permitía dar la batalla con herramientas políticas y dar más aire a las organizaciones en un contexto represivo muy fuerte”, concluyó.