Juan Matías Loiseau, más conocido como Tute, se refirió a las nuevas aristas de su trabajo artístico, al referirse a la publicación de su último libro “Superyo”, las ilustraciones a la nueva edición de “Las venas abiertas de América Latina”, de Eduardo Galeano y a las entrevistas dibujadas a través de sus redes sociales.
En diálogo con Superlógica por Radio Provincia dijo que cuando lo invitaron a ilustrar el libro de Galeano, “les dije que me iba a fijar si me salía, porque no soy ilustrador. Estuve un tiempo pensando en cómo me iba a abordarlo e hice la contrapropuesta de ser una especie de viñetista que va sumando grajeas dibujadas al texto de Galeano”.
Con respecto a “Superyo”, señaló que “el libro quedó muy lindo, con una tapa que incluye un espejo en el dibujo. Es un espejo en el que el lector se ve reflejado, ve su superyó. Vendría a cerrar una trilogía de humor sobre el psicoanálisis. Reúne material relacionado con el psicoanálisis, de un lado y del otro del mostrador, de los últimos años”.
Seguido, Tute habló sobre la entrevista que le hizo al presidente Alberto Fernández: “fue muy fácil, de pronto me encontré chateando con el presidente mientras estaba cenando. Hasta se puso a tocar la guitarra”. “Ahora quiero hacer preguntas dibujadas con figuras internacionales, vamos a ver si sale”, adelantó.
Con respecto a Caloi, su padre, destacó que “va pasando el tiempo y se van invirtiendo los roles. Cuando mi viejo vivía, decía que tenía que explicar que era el papá de Tute y después fue al revés”.
Consultado sobre si le resultaba un peso ser “el hijo de”, indicó: “cuando arranqué con esto tenía una inconsciencia muy saludable, vivía con un gran estímulo tener el padre que tenía, aunque hubo una etapa en que me resultaba un poco pesado y tuve que sacármelo un poco de encima”.
En ese marco recordó que “hace poco saqué un libro llamado “Diario de un hijo” en el que conté mi historia, me dibujé a mí mismo, a mis viejos. Dibujé cómo veía a mi viejo y a mi vieja que era una artista plástica muy capa”.
“Quería ser dibujante desde chico porque todo lo que hacía mi viejo me parecía alucinante. Quino fue el maestro de mi viejo, uno de los primeros dibujantes a los que le arrimé mis dibujos. En el libro también dibujé esas secuencias como haber ido a visitar a Quino, una figura un poco temida por los dibujantes porque era un tipo parco, que no te regalaba nada”.