En diálogo con La siesta es sagrada expresó “estoy muy contenta porque María Remedios se merecía ese billete y por suerte salió”.
Seguido, contó que “no hay antecedentes de una imagen concreta de ella, ni retrato, ni dibujo, ni un daguerrotipo. Lo que sí hice fue tomar ilustraciones contemporáneas para conservar ciertos detalles en común, tomé algunas descripciones” como por ejemplo “el tema de que era parda, con características de distintas etnias,” ya que ello “incide en el pelo, en la tez, y precisamente tomando daguerrotipos antiguos para la base de su estructura facial empecé el trabajo de dibujar y de crear porque las obras de arte son la imaginación del artista”.
Luego señaló que “en la obra original hay un cactus en el fondo que significa los lugares donde ella peleó y también lo duro de su vida”. Además, incorporó un traje de color rosado que pudo haber usado “atendiendo a que fue capitana y tiene que ver con el reconocimiento que le hizo Rosas por sus servicios en el ejército”.