Beatriz Busaniche, titular de la Fundación Vía Libre, habló por Napalm en Radio Provincia tras la salida de Nicolás Posse del Gabinete nacional junto con el interventor en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Silvestre Sívori. Sobre la posibilidad de que estuvieran haciendo espionaje ilegal, afirmó que la AFI se estaba "usando mal y estaba sin control, por lo que podemos rematar con 'no importa cuándo digas esto', y la falta de reacción tiene que ver con que es otra vez lo mismo y no pasa nada diferente".
Además, advirtió que quien tiene el control de la AFI "tiene los fierros para vigilar a la política, a propios y extraños". Pero, recordó que la Agencia "está intervenida desde los tiempos de Alberto Fernández, con lo cual esa decisión debería cesar y designar un director". Aunque, señaló que "la solución sería cerrarla".
No obstante, señaló que "nunca se logró desmantelar el aparato de vigilancia e inteligencia ilegal. Algo serio pasa y lo que más preocupa es que a nadie parece importarle, algo que es un peligro para la democracia. Y la designación de militares retirados para hacer inteligencia es un problema muy serio, además, no se conformó la Bicameral por lo que no hay ningún órgano de control. Las prácticas de vigilancia de prenden muy rápido".
Busaniche sostuvo que "si la Justicia es cómplice no hay donde recurrir y es una catástrofe. Este poder Ejecutivo no tiene claridad sobre para qué debería usarse una servicio de inteligencia. Y el poder Legislativo que tiene el poder de control y no lo hace por diferentes razones. El escenario es grave y nadie se atreve a enfrentar el poder porque todos tienen algo en alguna carpeta. Es el asunto más sucio de la democracia. Y cuando nadie sabe de dónde sale la plata siempre se dice que es de la AFI, una fuente que podés manejar a discreción".
"Nadie logra ir al hueso y cuando Alberto Fernández designó a Cristina Caamaño como interventora y empezó a transparentar algunos número parecía que iba a ir al hueso pero se perdió una oportunidad. Un Javier Milei recién llegado a la política podría tener la oportunidad de hacerlo, pero está claro que no quiere. Y la presencia de Bullrich actúa como contra ofensiva a cualquier intento de modificación. El panorama es desolador y vemos una puja interna para ver quién se la queda".
Por último, manifestó que "la política no tiene idea de qué es un servicio de inteligencia y para qué funciona. Hace años estamos tratando de que se entienda que debe ser un cuerpo de asesores estratégicos para advertir cualquier tipo de problemas al presidente. Siempre se la mezcló con otras órbitas. Debería poder advertirle si hay un pronóstico de una nueva pandemia, crisis financiera, tiene que hacer inteligencia estratègica para el desarrollo nacional".