El profesor, docente y ex ministro de Educación bonaerense, Mario Oporto, aseguró que “nadie puede creer que una pandemia no se va a afectar a la educación y que no va a haber dificultades”.
Así, cuestionó a quienes rechazan las medidas anunciadas por el gobierno nacional para tratar de desacelerar la curva de contagios de Covid que incluyen la suspensión de las clases presenciales por quince días.
En diálogo en “Con quién hay que hablar”, por Radio Provincia, afirmó que hay que trabajar en tres frentes, en materia de educación: en avanzar y mejorar la virtualidad, en los dispositivos necesarios para volver a la presencialidad y en el futuro del sistema educativo argentino.
Consultado sobre quienes sostienen que la decisión de suspender la presencialidad en las aulas obedece a la presión sindical, Oporto advirtió que “los dirigentes gremiales son honrados y conocen muy bien el sistema educativo”. En ese sentido, aseguró que “es un fracaso el intento de Cambiemos de ponerlos en el lado del eje del mal, con ellos hay que trabajar, escucharse mutuamente porque nada se puede hacer sin los representantes docentes o contra ellos”.
“Me sorprende que los que dejan de mandar a los chicos a la escuela para ir a esquiar o a Disney, ahora se quejen de no poder mandarlos por una pandemia”, aseveró el ex ministro.
Sobre la actitud del ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, señaló que “él trabajó como se debe: creando las condiciones para el regreso a la presencialidad, porque salvo el AMBA y algunos otros distritos, las clases presenciales continúan”.
“El presidente consideró que la crisis sanitaria estaba por encima de la presencialidad en las aulas y creo que tomó la medida correcta. El ministro Trotta hizo bien en acatar la decisión del presidente y seguir trabajando”, añadió el entrevistado.
Consignó que “el sistema educativo vivió una crisis inesperada, el impacto fue más fuerte que en la crisis de 2001 y tuvo que resolver problemas y lo hizo con gran profesionalidad y voluntad de los docentes, tratando de asegurar la continuidad alimentaria y educativa. Estamos en una crisis sanitaria, las medidas que se toman afectan al sistema educativa porque hay que cortar la presencialidad en algunas zonas, fundamentalmente en el AMBA”.
Oporto significó que, en este contexto, “daños siempre va a haber, lo que se trata es de amortiguarlos. Hay que mirar al conjunto del AMBA como un distrito, creo que tenemos que llevar adelante medidas conjuntas. Estamos en un escenario complicado, vamos a vivir el día a día, podremos recuperar la presencialidad y volver a perderla. Las decisiones del Ejecutivo están tomadas, el que se rebele tendrá que sufrir las sanciones, no existe posibilidad de tomar decisiones individuales. Las escuelas privadas tendrán que acatar las normas federales”.