La entrevistada se refirió a su libro “Feminismo y arte latinoamericano” y afirmó que “reúne una cantidad de ensayos que funcionan de manera independiente al mismo tiempo y son el resultado de un problema que me propongo indagar y lo voy haciendo a través de distintos casos. No es un libro de historia, sino de historias”.
“Siempre escribo historias porque hay muchas” agregó la investigadora y agregó que su primer libro quiso “demostrar ciertas cosas. La afirmación era que las mujeres no han sido representadas en las historias del arte latinoamericano y era necesario trabajar con métodos cuantitativos” para dar cuenta de eso.
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Seguido, Giunta indicó que “tomé un caso ejemplar que es el Salón Nacional, una institución creada en 1911 que sigue vigente y me permitió demostrar con números. Por lo menos en ese caso, que es emblemático, se podía demostrar”.
En otro momento, la historiadora del arte señaló que entre otras cosas trabajó “con la abstracción en La India y en América Latina y hay un modelo que funciona que me permite leer las simultaneidades que luego se entrelazan con contextos específicos”. En ese sentido, puntualizó: “No es lo mismo la abstracción brasileña que en Calcuta”.
“Después de la guerra Buenos Aires es centro de ebullición de la abstracción y para nombrar algún artista mujer menciono a Lidy Prati, cuya obra es cada vez más valorada”, manifestó.
Andrea Giunta significó que “en la medida en que una obra no se refiera específicamente al lugar social de la mujer de una manera directa, es difícil decir por qué se encuadra dentro del feminismo. Eso depende de dos cuestiones: si la artista se autorepresenta como feminista y realizando una obra feminista que fue el caso de Mónica Mayer o de Judy Chicago, uno puede decir que está del lado de esa reflexión. Luego está el tema de la interpretación. Yo escribí un texto con una interpretación de género feminista sobre una obra de Antonio Berni, que no tenía nada que ver. Traté el cómo se construye el lugar social de la prostituta y qué mirada Berni proyecta sobre ese tópico tan central en tantas culturas. Es decir, mi perspectiva es feminista”.
“El concepto de calidad no se puede demostrar en el arte contemporáneo. Nadie me puede decir por qué una obra tiene calidad, puede argumentar, pronunciar frases persuasivas pero no hay nada demostrable”, aseveró la especialista.
La curadora de arte argentina consideró que Rosana Paulino “sin duda es alguien que rompe un techo, en MALBA tenemos la exposición. La exposición en sí misma implica romper el techo de cristal, es la primera exposición de una artista negra”.
“Las exposiciones de artistas negros se han hecho fuertemente en Brasil y esto ha emergido como una toma de conciencia”, sostuvo Giunta.