Enfatizó que "el sector de Salud a nivel nacional tiene que ser apoyado”, al sostener que “se necesita de la articulación de los sanatorios y clínicas privadas de la región para poder soportar este gran embate de la enfermedad".
En cuanto a los cuidados, recalcó que los “jóvenes que pensaban son inmortales”, deben tener en cuenta que “el que se enferma no sabe cómo va a quedar por las secuelas, que quizás lo acompañen toda la vida". Destacó que "acá no hay ganadores ni perdedores, el que pierde es el que se muere".
Con respecto a los trabajadores de la salud dijo que "el desgaste es grande. El médico no sólo acompaña al paciente sino a sus familiares”. Hizo referencia a la ética del cuidado en medicina al referirse que los y las médicas también tienen el ejercicio de “acompañar y confrontar".
Concluyó sobre la gravedad de la situación afirmando que “la gente no ha querido entender acerca de la circulación del virus, disminuyendo sus actividades. Es bueno el ejemplo del efecto martillo que hizo Francia, cerrando 10 días y retomando paulatinamente las actividades".