“Es una obra colectiva, de varios colegas, a partir de un seminario que dictábamos en la Licenciatura en Historia donde nos hacíamos la pregunta para qué enlazar cine e historia” lo cual “tiene una respuesta muy valiosa” por cuanto “el cine nos da la posibilidad de narrar pasados. Siempre hay un objeto que tiene una mirada desde lo social que es bien rica. Sobre todo en Argentina el cine ha dado muchas películas que han condensado el sentido del pasado”.
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La entrevistada sostuvo que la pregunta también tenía que ver con “cuánto la historia ofrece al cine una excusa válida para contar hechos de interés. Por eso elegimos películas emblemáticas de cada período” con el fin de “estar aprendiendo algo”.
Iturralde dijo que la tarea fue pensar “cómo se construyen, también desde el cine, interpretaciones” de ciertos períodos de la historia, porque a veces no pensamos al cine como un vehículo que construye una lectura sobre el pasado, que es tan válida como la que construimos los que escribimos la historia desde la academia”.
“La dictadura buscó construir una imagen que separase de aquella que tenía el régimen de Pinochet en Chile, vinculada a una represión muy visible”, explicó la docente. Agregó que “la dictadura argentina procuró proyectar una imagen de legalidad, incluso de democracia. En la figura de Videla como un presidente de facto, pero electo entre los otros comandantes” se revela un esfuerzo por “gestionar una imagen de una dictadura diferente”.
Tal es así que “contrató a la empresa de publicidad norteamericana más importante que diseña todo un plan muy ambicioso que permitiera a la dictadura blindarse de las críticas”. En ese sentido, la película ‘Ganamos la paz’ “era un documento de avanzada en los 70” y “se transmitió en cines y programas televisivos. Buscó construir esta imagen de un país asediado por el terrorismo internacional que sembraba el caos” con “imágenes del Cordobazo”, reveló.
Micaela Iturralde afirmó que “conocemos muy poco” de las “iniciativas publicitarias de la dictadura” que “gastó millones en eso, porque conseguir legitimidad pública era su objetivo”.