En diálogo con Sergio Wischñevsky en Historia Nocturna , Trímboli reflexionó sobre los alcances históricos del peronismo y consideró que “muy difícilmente salgamos de la influencia de Perón, seguimos bajo su halo, una y otra vez. Me pregunto quiénes y cuántos estamos bajo ese influjo”. Desde sus inicios, “hay una reactualización permanente de la propuesta política peronista. Esa larga sombra de Perón es también la esperanza del Estado presente, es la añoranza de un Estado que proteja, que cuide, que ampare derechos. Esto fue lo que conocieron las clases populares en sus primeros dos gobiernos”.
Pero.. ¿Cómo se construyó ese peronismo con los trabajadores en el centro del movimiento? El historiador explica que “Perón, desde ese primer discurso interpela al pueblo como trabajadores y a sí mismo como primer trabajador. El campo de juego se inclina a favor de los trabajadores. En el caso argentino, el líder desbalanceó a favor de los trabajadores, fue un Estado de Bienestar pero más radicalizado”. Y seguido invita a chequear y recordar que “el 1 de mayo de 1953, 15 días después del atentado en Plaza de Mayo que dejó varios muertos, Perón va a un acto de la CGT y dice la frase, que sabe que no es suya: Trabajadores del mundo, uníos… y lo dice, sabiendo que era una frase del Manifiesto Comunista. La radicalización del peronismo tuvo un límite el 15/6/55 y su definición: antes que la sangre prefiero el tiempo. Volveremos con el tiempo, sin armar a los trabajadores, sin la necesidad de una guerra civil”. En ese sentido, Trímboli indica que “Perón es tal por el movimiento de masas que lo constituye, es una relación recíproca, si hubiera podido llegar a la clase media, como intentó. Pero esa clase media no lo escucha, fue la clase trabajadora que necesitaba un líder”.
Frente al movimiento de los trabajadores organizados, “el antiperonismo es muy sólido. El peronismo por momentos tiene un estado gaseoso, a veces se construye con arena, como el kirchnerismo, que fue fácil de derrumbar. El antiperonismo es siempre sólido, fuerte y vertebrado, siempre”. Frente a ese adversario, el peronismo busca “un pacto social, que era la búsqueda de conciliación entre capital y trabajo, que no haya un zarpazo del capital. La posibilidad de contener las fuerzas destructivas del capital, que venían en plan neoliberal para destruir el Estado de Bienestar. Pero esa lógica del peronismo, nos dejó en una posición de recurrir a fórmulas que contengan, entonces de repente votamos a Massa. Si en 2015 me decías que lo votaríamos me cortaba una mano, ahora lo voté cortandome un dedo. Si sostenernos una y otra vez la figura de contener para que no venga lo peor, probablemente nos moche el pensamiento y al mismo tiempo nos pasa lo de Milei. Tanto querías contener y vino uno por afuera con un plan más radical. Si hay un 40% de pobreza, el peronismo no puede poner paños fríos como el gobierno anterior. El peronismo tiene que cambiarlo todo”.