En diálogo con El repaso por Radio Provincia AM1270 y consultado respecto a los dichos de Manuel Adorni de que la educación “es responsabilidad de las provincias”, Moriñigo expresó: “Comparto que la responsabilidad de los maestros es de las provincias, pero siempre debe ser coordinada por el gobierno nacional”.
En ese sentido, amplió “la educación en argentina tiene que ser igual en todos lados y los docentes deben cobrar lo mismo desde Ushuaia a La Quiaca” y que el Estado nacional “tiene que fijar una garantía de piso salarial”. Además, sumó que “con el FONID que data de la década del 90 con la Carpa Blanca, el gobierno se comprometía a abonar un fondo al incentivo docente”. Ante este marco, “necesitamos la coordinación de la gestión nacional para que las provincias no cobren de manera dispar, que es lo que va a comenzar a pasar”.
Seguidamente, diferenció la situación de la educación primaria de la universitaria remarcando que “la responsabilidad de 200 mil trabajadores sí es del gobierno nacional: ellos deben fijar el rumbo de las paritarias, y están casi 40 puntos por debajo de la inflación. Cuando comenzó el año avisamos que la situación era crítica y que no teníamos para pagar la luz, hoy hemos empezado a avisar que la situación se está poniendo muy crítica", enfatizó, "porque se está cobrando la mitad de lo que se debería cobrar”.
Moriñigo señaló que si bien “se viene conversando, los resultados son nulos” y que “en privado hay un reconocimiento de la demora de un 50% del pago, pero no hay una propuesta superadora”. A todo esto, “en los últimos dos meses no hubo un llamado a paritarias sino un decreto unilateral donde se fijó un porcentaje del 4% para junio y julio” y que dicha suma ”no sólo que no recupera ese 40%, sino que mes a mes se sigue perdiendo contra la inflación”.
Frente a la posibilidad del no inicio de las clases para el segundo semestre tras el receso invernal, manifestó que “lamentablemente es muy posible si el gobierno no sienta a los gremios en una mesa y no ofrece un cronograma de recuperación. Una universidad cerrada no le conviene a nadie: ni a los chicos, ni a nosotros, ni al pueblo argentino, pero si no aparece una restitución de lo que se adeuda es muy difícil”.
Finalmente, indicó que “frente a ciertas partes que han dicho de que no la educación universitaria no sería desfinanciada, ya pasamos 6 meses, el dinero no aparece y la paciencia se va a agotando. Ojalá que le encontremos una vuelta de tuerca a esto para tener una salida tangible que hasta ahora no ha existido”.