En diálogo con La siesta es sagrada, Carrizo dijo que “lo vimos como una puesta en escena del gobierno que trata, o al menos intentó con Malvinas, de proteger una imagen de él (Milei) y su política exterior, que está bastante devaluada, obviamente por el marco de su alianza estratégica con Estados Unidos e Israel”.
Seguidamente, sostuvo que la decisión de no acudir a la invitación del gobierno para participar del evento, que “nos parece indigno desfilar con quienes torturaron a nuestros compañeros en Malvinas, entre ellos hay muchos en la causa 177707 que está en el juzgado de Río Grande”. Al respecto agregó que “llevamos un atraso muy grande por parte del poder judicial en convocatorias, ni hablar de procesamientos”, y que “por otro lado, tampoco nos parecía pertinente desfilar frente a un presidente que su ícono más simbólico y representativa es Margaret Tacher, la responsable del crimen de guerra más grande que fue el hundimiento del Crucero General Belgrano”.
Luego, tras lamentar el “débil acompañamiento de la política en general”, destacó “no así de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y la Comisión Provincial por la Memoria, ambos querellantes junto al CECIM en la causa por torturas a soldados”.
Además valoró el respaldo de ex combatientes del distintos puntos del país al reclamo en la causa: “Por suerte hay un grupo importante en Chaco, sur de la Patagonia, sur de la provincia de Buenos Aires, en el Oeste, Corrientes y Formosa, sin embargo podemos decir que no alcanza, y uno de los problemas que tenemos es que hoy el Estado está ausente, y lamentablemente es quien convalida a través de la vicepresidente”.
Finalmente consideró que las expresiones públicas del vocero presidencial diciendo que “son bastante violentas discursivamente y en la acción, porque a la hora de despedir gente Adorni se caga de risa de quienes van a sufrir el despido. Esta violencia verbal constituye algo que en este gobierno empieza a ser moneda constante, y en eso creo que la respuesta tiene que ser la lucha colectiva y entender que tenemos que a avanzar en la organización y la de defensa de la democracia, porque no nos extrañe que vayan a invocar a los cuarteles para consolidar esta entrega terrible de la soberanía”.