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"SI NO HAY FUTURO, NO HAY PECADO"
EL ÚLTIMO GRITO

"SI NO HAY FUTURO, NO HAY PECADO"

Por MARCOS FEDERMAN / 23 de July, 2024
Esteban Rodriguez Alzueta, profesor, autor e investigador de la sociología del delito, hizo un contrapunto con la propuesta de bajar la edad de imputabilidad a los 13 años.


En díalogo con El Último Grito por Radio Provincia AM 1270, el docente y escritor analizó los motivos y posibles respuestas a la inseguridad y cómo dar una respuesta al delito juvenil, sin esquivar nada y ni repetir fraseos, el entrevistado fue directo: "Un Estado chico no es incompatible con un Estado fuerte. A medida que un Estado se pierde compromiso con la cuestión social, lo necesita compensar con un Estado policial. Lo primero que hay que decir es que el encarcelamiento no soluciona ningún problema, tampoco entre los adolescentes. El encarcelamiento ha ido en aumento y el delito también. El sistema penal lejos de resolver los problemas, termina agregando más problemas a los barrios plebeyos, porque de alguna manera el sistema penal le sube el precio al delito, le agrega más violencia agravando los problemas".En ese marco, señaló la importancia de buscar una solución que contemple la mirada de los pibes, no por plantearse como un garantista, sino por entender que sin esa consideración, no hay posibilidad de éxito en la reducción del delito: "Como la canción de los Sex Pistols, si no hay futuro, no hay pecado, somos las flores del tacho de basura, somos el futuro, somos tu futuro. De nada sirve que a un pibe le digas que si se porta mal va a ir en penitencia, el pibe te va a mirar y decir que no sabe que va a ser de su vida las próximas 24hs. ´¿Y vos me decís que puedo ir preso 3 años? Tomátela´. Si no hay futuro no hay delito. Ni siquiera la legalidad subsiste como un marco de interpretación para leer mi conducta en relación a la ajena".Seguido, recalcó que tiene que haber sanción ante el delito, pero con el foco en la reparación, en el futuro: "Lo que se busca es buscar alguna forma de reproche. Nadie está diciendo que haya que felicitar a los pibes que salen de caño, tenemos que pensar entre todos un reproche social, pero no necesariamente a través del encierro, porque cuando sos joven, el encierro tiende a sub-culturizarte. Pensá que es una etapa donde los pibes se preguntan: ´¿Quién soy yo?´ y si el encierro es el insumo para responder esa pregunta, tenés más probabilidades que el pibe salga con rabia, con la mecha corta, no es que va a salir iluminado".En este punto, Rodríguez Alzueta reflexionó sobre las responsabilidades y motivos que nos traen como sociedad a la coyuntura actual y el regreso de las propuestas de baja de la edad de imputabilidad: "Llegamos nuevamente a este debate porque la política de protección de las niñeces viene fracasando y sobre ese fracaso cabalgan las miradas punitivistas. Sin lugar a dudas faltó presupuesto pero no es una cuestión meramente económica. La ley de protección de las niñeces proponía trabajar con la familia, cuando la familia estaba hecha mierda, había implosionado. La trama social es muy importante, ahí hay que trabajar, es una trama que está perforada, deshilachada. El Estado debería fortalecer esa trama, porque es la comunidad la que está más cerca de ese adolescente y puede colaborar en los cuidados sobre ese pibe. Hay muchas cosas para seguir pensando, pero queda demasiado lejos de cómo se están dando hoy las circunstancias. Hay que ir a un régimen penal juvenil que reemplace a la ley de la Dictadura hacia un régimen específico, no uno especializado en menores, uno con leyes, procedimientos, instituciones específicas, con algunas características, que no sea adultocéntrico, que tenga en cuenta la voz del adolescente, que tenga en cuenta la responsabilidad del Estado, no puede ser que el Estado sea un 4 de copas, no se puede cargar toda la responsabilidad en el niño. Tiene que ser interagencial, donde se pongan en diálogo distintas agencias donde se incorporen sabes de varias disciplinas, a cargo de una agencia desjudicializada, donde haya sistema acusatorio pero se contenga el espíritu de revancha, con prácticas restaurativas, que la privación de la libertad sea una excepción para situaciones gravísimas y con expresa prohibición de la perpetua".