En diálogo con El repaso, dijo que “vemos con un ojo muy crítico desde varios puntos de vista”.
En ese sentido, agregó que “en primer lugar analizamos que el Ministerio de Seguridad y la ministra Bullrich se suben a esta moda que hay de ponerle inteligencia artificial a cualquier cosa, incluyendo cosas en las que justamente no se deben”, y que por otro lado, “en realidad esta modalidad ya esbozada durante la gestión de Bullrich en el gobierno de Macri, “debería ser llamado técnicamente inteligencia de fuentes abiertas”, ya que se trata de “una forma de hacer inteligencia sobre el discurso público, de una forma que es altamente invasiva y que está reñida con el principio de protección de la privacidad”.
Seguidamente, señaló que “más allá de lo que opinamos, hay un consenso importante a nivel internacional de que todo lo que sea toma de decisiones automatizadas y pueda afectar la vida, la salud, los derechos fundamentales y la libertad de las personas no deberían ser articuladas”.
“Procesar grandes volúmenes de datos de diversas fuentes para extraer información útil y crear perfiles de sospechosos o identificar vínculos con diferentes casos, es un sistema estocástico qué hace una combinación de estadística y azar”, indicó, para luego acotar que “grandes volúmenes de datos tienden a buscar ciertos patrones, y la identificación de los mismos la aprende el sistema, no se la marca nadie, quizás el operador que le pide que busque ciertas características”.
“Este tipo de cosas son muy divertidas cuando uno se pone a jugar con videos o música, pero no cuando la decisión que toma este sistema le va a joder la vida a alguien”, concluyó.