Mientras en la Cámara de Diputados comenzó la discusión sobre un nuevo Régimen Penal Juvenil en el país, Valeria Vegh Weis, autora del libro “Todo preso es político. Historia de la (in)justicia penal", publicado por (CLACSO) aseguró que “el sistema penal, en todas sus instancias, está ejerciendo un control político y social sobre una población conflictiva y marginal que sirve como excusa para invisibilizar la impunidad de los delitos que cometen los poderosos”.
En contacto con "TER", por "Radio Provincia", reflexionó que “el sistema penal cumple una función política” porque, mientras “se nos dice que viene a imponer justicia, proteger los bienes más importantes que tiene la sociedad, derechos fundamentales, cuidar la equidad y la justicia social, opera selectivamente hacia los más marginalizados”.
Por lo tanto, detalló que “trato de mostrar que esto no es un fenómeno sólo de Argentina sino que es global y tampoco algo actual, sino que se viene dando desde el año 1400, tanto a nivel policial como en cada una de las instancias del sistema penal”.
Explicó que “dentro del marco del sistema capitalista nace el sistema penal que conocemos hoy pero no se ejerce igual en todos los regímenes ni momentos históricos". Por lo tanto, describió que "cuando hay un Estado más presente, socialdemócrata y con políticas de inclusión social, es posible que esta misma selectividad, tome un color más agradable y las personas tenga un tratamiento rehabilitador, penas alternativas a la cárcel y se trabaje con políticas de inclusión social. Y cuando tenemos un gobierno como el actual en Argentina, vemos que lo que prima más es la mano dura, el sálvese quién pueda y el que las hace las paga. Es decir una mirada solamente represiva del conflicto penal".
“Pero igual -planteó-, tanto cuando es de una forma más amigable como cuando es más punitivo siempre se mantiene esta cuestión de que el sistema penal criminaliza a los más pobres, a los excluidos, migrantes y minorías étnicas y sexuales en todas partes” cuando hay “delitos como la contaminación de un río o crímenes financieros que tienen un mayor impacto pero es más difícil que sean percibidos como criminógenos porque generalmente son cometidos por personas que usan traje y se esconden como una forma de hacer negocios”.