En diálogo con ‘Hay un lugar’ por Radio Provincia, habló de las estrategias de la compañía que sigue apostando a la producción. Destacó “el valor agregado” que se genera en origen y la elaboración de “recetas milenarias” para “darle algo especial al consumidor que sólo se puede hacer acá, porque el ‘salame de Tandil’ es la primera denominación de origen de un producto agroindustrial argentino y eso nos pone muy orgullosos a todos los productores de esta región”.
Escuchá la entrevista completa:
En ese marco, añadió que “el sector cárnico es de mano de obra intensiva” y “no sólo impacta en el grado de valor de la persona que hace la inversión y la que está en el negocio, sino también en la comunidad, en términos de la fuente de empleo que genera un producto que se hace artesanalmente”.
Frías dijo que ese modo de producción tiene “un doble impacto: por un lado en el desarrollo económico de la región y por otro, en las fuentes de empleo en la ciudad” que hoy alcanza las 2.500 personas “en una ciudad de 150 mil habitantes”.
“En el caso de la familia Cagnoli, es la cuarta generación trabajando en esto” lo cual “es difícil con todos los vaivenes que tiene este país”, remarcó el entrevistado. Seguido, indicó que lograr que el negocio continúe con la misma filosofía y tradición y siempre innovando, “es el secreto de lo que ha pasado con esta empresa familiar”.
“En mi caso soy un técnico que se formó en la Universidad del Centro, tengo mucho vínculo con los productos porque nos identifican culturalmente, se ha logrado todo eso entre la comunidad y la familia. Eso hace que cuando uno llega a la góndola, el consumidor valora” la producción local.
Sobre la situación actual de la empresa, sostuvo: “Nuestra posición del mercado no es tan relevante”, porque “el mercado está atomizado” y “distribuido en varias regiones. Nuestra estrategia es hacer productos diferenciales que no son masivos”.
Las crisis “cambian los planes de crecimiento”, aseveró Frías y añadió: “Nosotros este año teníamos un plan de crecimiento de 12 puntos y hay que adaptarse” para “pensar más en sostener la producción que en crecer”.