En diálogo con Perdidos en la tierra, destacó el aporte de los músicos Juan “Pollo” Raffo y Daniel Johansen como sus primeros maestros en composición, arreglos y armonía.
“Además de ser excelentes musicazos, me dieron una base que al día de hoy, como todo lo que aprendí de ellos, me sirve para todo”, expresó, para luego comentar que gracias a estudios previos en el conservatorio de la ciudad de Buenos Aires, pudo acceder a la carrera de jazz.
“Después de conocer a Enrique Norris y grabar mi disco Vicisitudes, me fui a vivir a Holanda. Tocaba en cruceros, y estando en Europa, me quedé a recorrer y llegué hasta una posibilidad de aprendizaje de intercambio en Nueva York”, contó.
“Lo que más me hace mantenerme ahí es que un lunes o martes cualquiera, abrís un diario y ves que hay 10 shows en bares, que te querés morir. Se trata de artistas que vienen a la Argentina y tenés que hacer colas para poder sacar una entrada. Acá en Nueva York, podés ir a ver cosas todo el día, a cualquier hora”, señaló.
Finalmente sostuvo que en nuestro país “hay menos recursos, menos gente, y más limitaciones técnicas, pero siento que la escena tiende a ser mucho más rica y creativa en el sentido artístico acá”.