En diálogo con La siesta es sagrada, expresó que “hoy día hay una banalización del poder y del efecto que tienen las palabras”.
En ese sentido, agregó que “no se toma conciencia, no se toma conciencia que las palabras pueden sanar, levantar el ánimo y también destruir. Todo da igual, lo que se dice, lo que se expone. La gente expresa en general el amor, pero también denigra y pone frases que son muy dañinas”, y ejemplificó: “Muchos artistas terminan sintiéndose mal y con deseo de abandonar las redes sociales”.
Consultado respecto a la repercusión de las redes sociales en la etapa de formación de la personalidad de un adolescente, afirmó que en esa instancia “todavía la personalidad no está establecida y es muy importante la mirada del otro” en el contexto de “una etapa de vulnerabilidad”.
“Las redes, imágenes, los ‘me gusta’, la cantidad seguidores, frente al gran vacío existencial que hay, la vida debería pasar por otro lado”, sostuvo, para concluir considerando que “el síntoma de la época es la ansiedad: nadie banda 2 minutos de un video, cada vez el mercado nos está llevando a Pedidos Ya, no tomar al tiempo desde una dimensión más amplia”.