En diálogo con Narraciones Extraordinarias, dijo respecto al hecho de ser jurado, que “por un lado es una muy linda tarea, porque al leer tantas cosas te enterás de qué es lo que está escribiendo la gente”.
Por otra parte: “El tema de elegir siempre es complicado. Yo he ganado concursos, pero siempre me pareció milagroso. Y ahora que soy jurado hace varios años, estoy más convencido de que es milagroso, porque juntás personas con gustos muy diversos y sale un ganador. Podría salir otro si cambiará el jurado.”
Luego, sobre el Gran Premio Literario Banco Provincia, comentó que “28 cuentos eran entre CABA y AMBA, y uno solo fue del interior, Luján, que fue el ganador. Era un cuento distinto al resto, lo imaginé al autor mucho más lejos de Buenos Aires que Luján”. Se trataba de un gaucho que vivía solo en el campo, y en su cotidianidad escuchaba una radio donde se emitían anuncios de diversa índole. Uno de ellos, es el mensaje de una mujer que le dice que irá a visitarlo. Desde allí, el personaje ve transformada su rutina.
Sobre su última producción editorial “Lo que resta de la vida”, Jeanmaire contó que “producto del azar, escribí antes un libro que se llamó Werra, para el cual tuve que estudiar la muerte de un montón de chicos durante la segunda guerra mundial. Estoy muy contento con el libro, pero quedé hecho mierda por investigar la muerte de chicos de 18 años. Salí de eso, y retomé con esto (Lo que resta de vida). Me gustó escribir de gente que quise y que está muerta, de gente que quiero y nunca conocí porque murió antes que yo, y de gente que quiero y que está”.
Finalmente, manifestó: “Los cementerios son lugares maravillosos. Hay un lugar común que dice que la muerte nos iguala a todos, pero eso no ocurre en los cementerios” ya que allí “se expresan lo que son las sociedades donde vivieron esos muertos; las bóvedas de los ricos, los nichos de los pobres, por religión, nacionalidad las divisiones por la nacionalidades. Las sociedades están en los cementerios, porque se organizan de igual manera que en ellos”.