En el Día Internacional del Detenido Desaparecido, Lucía García Itzigsohn, integrante de la Agrupación H.I.J.O.S La Plata aseguró que “se visite a los genocidas” en su lugar de detención obliga a “discutir, y actualizar un debate que llevó muchos años y que pensábamos que estaba saldado”.
En contacto con “Napalm” por Radio Provincia la militante por los DDHH destacó: “de todas maneras, los diputados y diputadas todavía están teniendo que dar explicaciones” de esa visita. Y agregó que en ese marco, eso también “les implicó un conflicto al interior del bloque”.
“Yo creo que se dieron cuenta que este tema no es tan sencillo de revertir en el sentido común de nuestra sociedad. Ahí encontraron un límite” afirmó al tiempo que analizó que el discurso que maneja la vicepresidenta de la nación Victoria Villarruel “es una cruzada personal” porque ella “se construyó desde ese lugar y va a dar esa pelea hoy que está en la vicepresidencia pero no lo veo como algo que realmente impregne, o sea un motivo de convocatoria o apoyo ya que ni si quiera en sus mismas bases en las redes sociales lo tienen”.
Seguido destacó que en Argentina “no hay plafón” para estos discursos porque “lo que hemos construido como pueblo en materia de Memoria, Verdad y Justicia, en más de 40 años, tiene raíces muy profundas y no va a darse vuelta, de un día para el otro, porque desde ciertos lugares del poder estatal se agite este discurso”.
Por otra parte, García Itzigsohn admitió que “lo que lamentamos es que esto nos obliga a poner en escena las crueldades y violaciones a los Derechos Humanos que se llevaron adelante durante el terrorismo de Estado. Y no quisiéramos hablar de eso. Pero, si es necesario, los testimonios están, los juicios se siguen sustanciando. Y volveremos a contarlos las veces que hagan falta”.
Asimismo destacó que “la historia, a los que hoy somos adultos y adultas, nos tiene que interpelar para dimensionar de qué manera las políticas afectan a los niños y adolescentes que, desde mi identificación política, deben ser los únicos privilegiados”. Sobre todo en un contexto donde "hay más de 1 millón de pibes y pibas que se van a dormir sin la última comida”.
“Porque-consideró- que los ataques del Gobierno van contra las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, pero también van contra los derechos más básicos. Por eso, es importante conectar la lucha por los Derechos Humanos a la cotidianeidad”.
García Itzigsohn resaltó que “también son derechos humanos que los pibes cenen todas las noches. Y poner a discusión eso es volver a poner en discusión lo que era el proyecto político de los 30 mil. Nuestros padres además de víctimas del terrorismo de Estado eran militantes que se organizaron y dieron la pelea por una sociedad con justicia social e igualdad y a mí a veces me preocupa que esa parte desaparezca. Y es importante ponerla en primer plano porque nos da la posibilidad de que las cosas puedan ser de otra manera y de trabajar y construir para eso”.