Desde España, el escritor y psicoanalista Jorge Alemán, conversó con Osvaldo Quiroga en “El Refugio”, por Radio Provincia.
En el marco de lo que aborda en su nuevo libro “Ideología”, el prestigioso intelectual analizó el ejercicio del poder de las ultraderechas en el mundo y advirtió que se arrogan el derecho a decir “cualquier cosa”.
En ese marco, sostuvo que “mostrar, con total impunidad, que pueden decir cualquier cosa, se ha vuelto un signo del ejercicio del poder de la derecha ultraderechizada. mostrar, con total impunidad, que pueden decir cualquier cosa”. En tanto, consignó que “el neoliberalismo se ha ocupado de destruir todos los puntos de anclaje de la significación que le daban coherencia a los discursos, y la derecha encontró en esto una gran oportunidad”.
Alemán observó que en todo el mundo, también en Argentina por parte del espacio político que lidera Mauricio Macri, la ultraderecha demuestra “que puede decir cualquier cosa, que puede contradecirse a cada rato, que puede decir algo más allá de los límites democráticos y constitucionales y que ofendan a la condición humana, como pude ver ayer en el debate por la presidencia de la comunidad de Madrid a las dos representantes de la derecha”.
En relación a la situación de Madrid, puntualizó que las candidatas de la derecha “llegaron a decir cosas que jamás las derechas conservadoras o liberales hubieran hecho, como lo que dijeron en relación a la amenaza criminal y los gastos para el Estado que representan los niños que no tienen padres”. En ese sentido, indicó el intelectual que “hubo una operación fundamental: la derecha comenzó siendo racista y xenófoba con los extranjeros y ahora vuelve extranjero al propio gobierno español que no se corresponde con su ideología”.
“Antes para que te llamaran comunista tenías que hablar expropiación, de nacionalización de la banca, ahora comunista quiere decir cuarentena. Bullrich sería el equivalente a Isabel Díaz Ayuso en España”, afirmó Alemán. También advirtió que la frase de Longobardi, en relación a “formatear el país”, es una consideración violentísima, que también podría ser pronunciada por cualquiera de estas personas de la derecha ultraderechizada”.
Estas nuevas derechas, “no son como los totalitarismos del siglo XX, sino que están bajo el orden neoliberal y por eso la ideología me parece tan importante”, aseguró. Agregó, seguido que “la ideología, como sistema de representación de la realidad, cumplió un rol clave. La señora que dice que cuando va al hospital se encuentra con nueve extranjeros primero que un español, tiene un campo ideológico en donde articularse”, al igual que “la señora que dice que los niños latinoamericanos son una amenaza para la expansión de la violencia”.
El hecho de que Madrid tenga las peores cifras en relación a la pandemia y que las candidatas de la derecha desconozcan o relativicen esa situación en sus discursos, tiene que ver, a criterio de Alemán, con “la apropiación del término libertad, pero desvinculándolo de la tradición del liberalismo clásico e insertándolo como la libertad del mercado, la verdadera libertad, la que se expresa en toda su condición es aquella que hace libre el mercado”.
En este escenario, “la que tiene que ser racional todo el tiempo es la izquierda, los movimientos nacionales y populares del caso argentino y la izquierda progresista en España, que tienen que argumentar, dar razones, cifras. Ayer en el debate se vio. Iglesias, Gabilondo y la muchacha de “Más Madrid” (Mónica García), daban todo el tiempo cifras de muertos, de camas, del desastre sanitario y trataban de organizar algo racionalmente argumentado. Las dos candidatas de la ultraderecha dijeron cualquier cosa y sin embargo, salvo que haya algún extraño cambio en la sensibilidad social, van a ganar”, significó.
Consultado sobre las similitudes que estas ideologías puedan observarse en relación al nazismo, el entrevistado señaló: que “lo de Hitler estaba encapsulado dentro de un sentido, mientras que este neoliberalismo neofascista nos ha hecho, a los progresistas, esclavos del sentido. Como cuando dijo Trump que él podía matar a alguien en la Quinta Avenida y ganar las elecciones. Es una frase paradigmática, nunca hubiera pensado escucharlas, como las de Bolsonaro o del propio Macri. No les retorna, no les hacen mella. Los asesores de la derecha conservadora o liberal les hubiesen dicho que eso transgrede las reglas de juego del orden democracia, ahora los inhibidos son los progresistas porque son los que tienen que decir la verdad, están obligados a no ocultar las cifras”.
Puntualmente sobre su libro, “Ideología”, que ya fue reeditado, Alemán señaló que “Althusser es un revisitado, he tratado de volver a él porque fue quien el que supo, por su relación con Lacan, que la ideología no es puramente consciente, no se estructura solo de un modo reflexivo: uno no conoce su ideología. En la ideología hay una gran zona de desconocimiento de sí mismo, esa es la zona más eficaz. He vuelto sobre los pasos de Althusser tratando de reactualizarlo en la coyuntura actual”.
También “me permito parafrasear a Kant, quien, en su obra monumental “La razón práctica”, sabía que tal vez no se llegara nunca a la ética, que el imperativo categórico, el hecho de considerar al otro como un fin en sí mismo y no un medio, tal vez fuera imposible. Él habla de una relación asintótica, como algo que no se alcanza. Pero dice que, si no está eso, la humanidad no vale la pena. Que esto puede ser inalcanzable, lo admito, pero si no tenemos este horizonte, la existencia humana pierde sentido. Ya no hay una ley histórica que determine que la revolución vaya a acontecer, pero sin ese deseo de emancipación, es renunciar al deseo, que es lo que está pasando en la pandemia”.
Sobre los efectos de la pandemia en la subjetividad, el psicolanalista consignó: “las pulsiones han estado muy lentas: se ha bebido, se han tomado ansiolíticos, antidepresivos, se ha comido y lo que va muriendo es el deseo porque necesita y vive de los lazos sociales. Allí hay una cuestión importante, incluso para discernir el futuro de la política”.
También consideró que “en el libro aparece el problema de lo siniestro, porque esta pandemia estaba anunciadísima y de golpe, lo que se decía que iba a ocurrir, ocurrió. Freud, muy agudamente, dice que lo siniestro no es algo que viene por sorpresa, es también algo que hemos pensado que podía ocurrir y finalmente se da. Recupero también el tema kantiano del mal, que era una categoría teológica o moral, pero creo que tal vez llegue el tiempo en que sea una categoría política”.
“Han aumentado los niveles de desigualdad porque los pocos lugares en los que funcionan, contratan a los trabajadores en un orden de explotación increíble. La presidenta de la comunidad de Madrid, se burló de los que hacen cola para comer, dijo que eran unos vagos. Hace años le dije a un locutor de la televisión argentina que veía al PRO como el germen de la ultraderecha argentina y ahora ya tiene sus exponentes”, destacó.
Alemán se refirió a la observación que hizo Máximo Kirchner, “cuando advirtió que Macri había hecho inteligencia con ellos: vaya a saber uno los datos que Macri tiene sobre sus propios aliados y cómo los debe condicionar. El asunto no es el monstruo, sino quienes le dan de comer, porque ellos te obligan a estar todo el tiempo desmintiéndolos, ha estar rectificándote, pero justamente el ejercicio de poder de ellos reside en ello: fíjate cómo te pongo a trabajar en contradecirme cuando yo en cambio puedo decir cualquier cosa”.