El año 2024 ha sido transformador para el artista argentino Nahuel Pennisi, con ideas renovadas y presentaciones teatrales que agotan localidades.
“Se puede observar a un Pennisi renovado, con disco nuevo que tiene diez canciones totalmente distintas porque cada una es un momento diferente. Los seres humanos estamos nutridos de momentos y la idea de mis shows es transitar por esos caminos, y también hacer un repaso por mi carrera, sumado a lo espontáneo que se genera en cada presentación, porque tocando en la calle aprendí a ser abierto con la gente, si bien hoy estoy en un mundo más profesional no se puede perder el disfrute del contacto con el público”, dijo.
“Los hijos cambian todo, son una prioridad absoluta, el nuevo horizonte que uno fue encontrando era un sueño para mí, estoy muy contento, porque también todo el tiempo voy aprendiendo a equilibrarlo con mi carrera. Además, hay un montón de música que aparece a partir de lo que significa la familia, el motor es otro, e incluso los temas que me venían acompañando hace muchos años ahora tienen otro significado, y eso se traslada a la interpretación. Irme de gira y dedicarme a la música implica perderme cantidad de tiempo con mi familia, entonces busco la calidad”, destacó en Ida y vuelta.
En el año 2009 participó en el Festival Nacional de Folklore de Cosquín, y su nombre quedó grabado en la cultura popular nacional, con la huella de un profesionalismo destacado. “A la hora de arrancar una canción me transformo, quizás la gente me recepciona por la espontaneidad, me gusta ser un músico serio porque la música me parece algo realmente determinante para la vida de las personas, y también pienso que es obligatorio un guion en cada show, una idea de trabajo, siento que eso se mezcla con mi sencillez a la hora de tocar, y si la gente se emociona con mis canciones será porque evidentemente se transmite mi interior”, sintetizó.
“La música me sacó muchas sonrisas, incontables emociones, y hacerlo en la vía pública me hizo crecer como persona, es un recuerdo muy valioso, imborrable, me quedan tres años de mucha experiencia, de gran contacto con la gente, de cantar para todas las clases sociales. La fuente de inspiración y la esencia es la misma que en los primeros pasos, soy el mismo pibe pero un poco más grande, ahora tocando temas propios, y siempre tengo el recuerdo ferviente de la calle”, sostuvo.
El camino profesional se trastoca con lo efímero del éxito, y los interrogantes se ponen a flor de piel. “Hay días que son más difíciles que otros, por momentos me pregunto si la gente algún día se va a aburrir de que sea un artista que emocione, porque la emoción no es para todo el mundo, no todos estamos dispuestos a emocionarnos, para que esa sensación entre en tu cuerpo hay que estar predispuesto, estar tranquilo, y no estar pensando en algo que te acelere, entonces mi pregunta es si solo con la emoción se puede hacer un camino y en realidad la respuesta no la tengo, pero este rasgo puede ser una virtud y mi identidad”, argumentó.
“Siento que la música tiene mucho para darme todavía, y yo tengo mucho para crecer, y si bien el cuerpo tiene un límite, el alma por suerte no, los sueños tampoco, pero el cuerpo lo siente, el envase va madurando, pasa factura, es cuestión de cuidarse. El estímulo de la familia es muy importante, que los hijos te digan que cantes una canción, o me gusta tal tema, te ponen mucho más pila, la verdad que estoy muy contento con lo que hago y siento que me espera mucho todavía, y lo más divertido es que no sé qué va a pasar, y eso me gusta, porque siempre estoy esperando algo nuevo”, concluyó el artista bonaerense, nacido en Florencio Varela.