Isaac Rudnik, del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana brindó detalles sobre cómo crecieron los índices y los indicadores de la Malnutrición en la Argentina durante la pandemia.
En Siete Colores, por FM 97 Une, el investigador detalló: “Nosotros hicimos un estudio entre Diciembre de 2020 y Febrero de 2021, en el marco del Observatorio que convocó el gobierno para la lucha contra el hambre con el objetivo de ir monitoreando en tiempo real el impacto de las políticas públicas ”.
Rudnik señaló que durante el año 2020 no se pudieron realizar estudios, por las restricciones de la pandemia, y aclaró que se reanudó el trabajo recién en diciembre del 2020.
“En este caso, medimos y pesamos a 50 mil, chicos, chicas y adolescentes de 20 provincias. Y el resultado comparativo, al último estudio que hicimos sobre finales de 2019. es un aumento de la malnutrición de poco más del 5 puntos” aseguró.
Es decir que de acuerdo a este estudio, en 2021 el indicador barrial es del 42,1 % mientras que en 2019, fue 36.7 el porcentaje de los niños de entre 2 a 18 años que concurren a merenderos y presentan cuadros de malnutrición.
Rudnik detalló: “Durante todo el año pasado hubo un salto en la demanda de porciones de comida en los comedores comunitarios. Y bueno esa demanda, de una u otra manera fue siendo atendida a través de diferentes estrategias de gobierno que ayudaron a paliar la situación. Una de ella fue la tarjeta Alimentar, que evidenció una gran diferencia entre las familias que las recibían de las que no. Pero fueron estrategias insuficientes. ”
Resaltó que “las medidas no alcanzaron a resolver una situación porque ésta tiene un trasfondo más estructural. Pues a principios del 2020, la indigencia era del 8.5, y sobre finales de año, llegó añ 10.5 % de la población. Es decir que más de un 10 por ciento de la población argentina está en una situación de inseguridad alimentaria y esto tiene una incidencia directa con la alimentación en los hogares de menores ingresos.”
Rudnik explicó que en los hogares, con menos ingresos, dejan de comprar los alimentos “ricos en proteínas” por su precio y se vuelcan a consumos “que alcanzan para llenar la panza” pero no tienen valor nutricional como son los carbohidratos generando “sobrepeso y obesidad”.
“Los niveles de desnutrición por bajo peso son pequeños. En genera prevalece en los chicos y en los lactantes, el sobrepeso y la obesidad” describió Rudnik y agregó que los datos más preocupantes se dan en el rango de los chicos que empiezan la escuela primaria: “de 6 a 10 años”.
Pues “una alimentación deficiente afecta las condiciones para un mejor aprendizaje.” Y señaló como “otro elemento significativo, que se trata de niños en edad escolar, y que por ende concurren a una escuela y cuentan con una ración de comida que la provee el Estado. Y por eso reiteramos nuestra denuncia de que, por distintas razones, las raciones de comida, que se ofrecen en las escuelas son deficientes.”
Finalmente, destacó el rol de estas investigaciones y estudios porque le permite al Estado conocer “una serie de información que permite que los recursos, que son destinados para estos fines, se aprovechen de la mejor manera, y proponer su incremento; si efectivamente hay una voluntad política de salir de este circulo vicioso.”