El paleontólogo se refirió al estudio que publicó en la revista Plos One, junto con el arqueólogo Mariano Del Papa y los investigadores Daniel Poiré, Nicolás Rascovan, Guillermo Jofré, y Miguel Delgado, protagonistas del asombroso descubrimiento.
Relató que “nos costó bastante poder dar a conocer este hallazgo que era como una bomba que teníamos entre manos, pasamos por un montón de filtros. Hace 8 años estamos tratando de hacer el estudio para publicarlo en una de las mejores revistas de ciencias”.
Finalmente “pudo publicarse” el estudio que muestra que en el conurbano pudieron habitar los primeros americanos: “Al menos es una hipótesis primaria que estará a disposición para que se pruebe, por ahora tenemos una evidencia muy fuerte”, indicó el entrevistado.
La noticia “tuvo repercusión mundial y estamos muy contentos con esto que es nuevo porque generalmente nuestras investigaciones” trascienden “entre colegas”, manifestó el entrevistado, al tiempo que resaltó que “con muy pocos recursos pudimos lograr esta investigación que enaltece nuestra universidad pública”.
En tanto, indicó que en el lugar donde se produjo el descubrimiento, trabaja Guillermo Jofré, “un aficionado que pudo hacer el rescate en las laderas del Río Reconquista” en momentos en que “estaba pasando una máquina que le dio a gran parte de la coraza” de un gliptodonte en el que se encontraron los rastros de huellas humanas.
Posteriormente, “se hizo una estructura con sedimento y huesos, se cubrió de yeso y luego en laboratorio comenzó el trabajo de limpieza y estudio”, explicó de los Reyes.
Seguido, manifestó que “cuando vimos el lugar de donde había salido fue una alegría y un compromiso para probarlo, porque cuando más profundo, más viejo, y estaba muy abajo. Después empezó el estudio sobre las marcas, avanzamos con que eran marcas y luego mandamos un fragmento óseo a Francia y cuando vino, lo que presentíamos estaba en los números. Desde allí fue remar para que nos publicaran”.
El investigador dijo que creen que los humanos estaban comiendo el gliptodonte, que era un animal común en aquellos tiempos en la zona. “Las marcas estaban en los tendones para cortar la musculatura del animal”, por lo que se presume que lo hacían para el consumo.