Luego de las críticas de la vicepresidenta, Victoria Villarruel, una de las escritoras que participó de la compilación del material que integra la colección “Identidades Bonaerenses”, brindó detalles de cómo se gestó la recopilación del material que el gobierno provincial entregó para las bibliotecas escolares y populares del territorio bonaerense y que está armada para los diferentes ciclos de la escuela secundaria. En ese marco, Cynthia Edul, aseguró que la iniciativa es “una gran política pública de fomento a la lectura”.
En contacto con “Napalm”, por Radio Provincia explicó que ella fue “convocada junto a un grupo de escritores -dentro del Plan de Escrituras y Lecturas Provinciales- para armar una colección de libros que tratan sobre Buenos Aires, ya sea porque los autores son de la Provincia o porque suceden allí”.
Edul subrayó que a la colección la acompaña un “catálogo destinado a bibliotecarios y docentes que está organizado por regiones y cuenta con detalles del contenido del libro e indicaciones para su lectura”. Y aclaró que “los títulos que tuvieron objeciones y censura, son libros que están recomendados para leer acompañados de un adulto”. Y resaltó que al decir que “se le reparten libros pornográficos a los chicos nos estamos olvidando de que hay figuras formadas como son los docentes y bibliotecarios, que son los que tienen que poder mediar esas lecturas. Y además, para ello se está haciendo un gran trabajo desde Educación para que puedan construir el puente y mediar esa lectura”.
Seguido, señaló que las obras elegidas debían estar “articuladas en los dos ejes que definen la colección: Identidad y Territorio” y aclaró que entre las seleccionadas se pueden encontrar “obras de ficción, no ficción, novela gráfica, poesía, novelas, cuentos" que están organizadas para diferentes ciclos de la escuela secundaria”. Y agregó que este material se pone a disposición de los bonaerenses a través de “las bibliotecas de las escuelas, de los institutos de formación docente y de las bibliotecas populares entre otros establecimientos similares”.
“A partir de ahí se hizo un llamado público a editoriales y cada una podía presentar hasta 5 títulos. En esta convocatoria se presentaron empresas de todo tipo: grandes firmas y pequeños emprendimientos de diferentes pueblos bonaerenses. Luego, durante un año se leyó todo lo presentado y entre esas obras se seleccionaron los títulos para conformar la colección de 110 títulos muy diversos” porque “están representados” tanto los grandes grupos como las editoriales más pequeñas de la Provincia.
Edul agregó que para la política pública “se compraron 5 mil ejemplares por título” y enfatizó que “los libros van a las bibliotecas de las escuelas, los institutos de formación docente y las bibliotecas populares, porque el objetivo es nutrir esos espacios". De todos modos, reiteró que "no entran en la currícula y no tienen ningún tipo de obligatoriedad sobre la enseñanza”. A su vez, planteó que en el caso que se usen en el aula dependerá de “la mediación que la institución” proponga.
Además, relató que los escritores curadores de la selección están recorriendo la Provincia para “hacer capacitaciones con bibliotecarios y docentes para trabajar la colección” y poder difundir “cómo se construyó, qué títulos tiene y cómo se la puede recorrer”.
En ese marco, señaló que “la mayor cantidad de títulos están destinados a los primeros 3 años del ciclo superior porque es donde hay más deserción. Después hay títulos destinados para los más grandes. Y esos son los que han tenido conflicto en la denuncia” que hizo la Vicepresidenta pero “son títulos que están destinados a adolescentes de 16 años en adelante y están indicados para ser leídos con un adulto”.
El caso del libro “Cometierra”
El título aborda la trata de personas y la desaparición de mujeres porque la protagonista “come la tierra del territorio y puede conectar con los muertos y los femicidios”, reseñó Edul.
Seguido, detalló: “El libro trabaja problemáticas que no se hablan en la hegemonía narrativa y tiene una premisa muy especial por la vuelta que le da al género fantástico al presentarlo atravesado por la problemática social”. Aclaró que los pasajes elegidos por la Vicepresidenta pertenecen a “una escena que es mínima en cantidad de palabras y está al final de la obra". Por lo tanto, subrayó que "para para llegar ahí, tienen que leer todo el libro. Y a mí me daría mucha alegría saber que alguien atravesó toda esa lectura". En ese caso, para "quien atraviesa toda esa lectura, ese pasaje es muy menor”. E insistió: “Ese libro no se reparte a los chicos como si fueran un panfleto sino que va a nutrir las bibliotecas y está destinado para ser leído en compañía de un adulto”.