El director del documental, que se estrenó al cumplirse un año “de un gobierno negacionista”, afirmó que “el tema de las apropiaciones y los nietos nos atraviesa a todos como sociedad. Somos contemporáneos de esa tragedia de la historia Argentina”.
Al referirse al trabajo realizado, Rivera, explicó que “como documentalista era algo que sentía que tenía que abordar y hacer.Sentía que tenía que encontrar abordajes diferentes y ahí surgió el tema de los indicios de los nietos antes de encontrar su identidad”.
El documental entrevista a un grupo de nietos recuperados, pero no para hablar sobre la dictadura de manera amplia ni enfocarse en el vínculo con sus apropiadores. La búsqueda pasa por las experiencias individuales en torno a las identidades y cómo estas se fueron manifestando de forma inesperada, en contra de los esfuerzos por hacerlas desaparecer. Los que comparten su testimonio coinciden en varios puntos. En primer lugar, en ser atravesados por una sensación de inexplicable extrañeza frente al entorno “familiar” en el que fueron criados. Como si fueran piezas de un rompecabezas que no había forma de hacer encajar.
Seguido, el documentalista remarcó los casos de “Claudia Poblete quien jugaba a que no podía caminar y decía que era paralítica. Cuando recupera su identidad se entera que durante sus primeros 8 meses de vida, su padre era una persona discapacitada y que no podía caminar la llevaba en la silla de ruedas”.
También detalló el caso de “Leo Fossati que quiso ponerle a su hijo Leonardo y él no sabía que ese era su propio y verdadero nombre”.
Por último, destacó que aún “hay 300 nietos que aún no han aparecido y familias y abuelas que las buscan y esa voz me parece que también es importante que esté”.