En una entrevista con "Es por ahí" FM 97 Une, la asesora de la secretaría de Agricultura Familiar Campesina Indígena, perteneciente al Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de Nación, Verónica Lozano, explicó sobre la importancia del lanzamiento del programa SemillAR.
El proyecto aspira a impulsar a organizaciones de la agricultura familiar, cooperativas y asociaciones para que produzcan semillas nativas y criollas. Las organizaciones tienen como tarea el rescate de las semillas nativas que luego serán volcadas a la producción.
Verónica Lozano destacó que "lo que viene a hacer el programa es materializar el reclamo histórico del sector".
Resaltó que “hace muchísimos años existen iniciativas colectivas, de recuperación, intercambio y reproducción de semillas criollas en nuestro país", pero "hasta el montemos no habíamos tenido una política activa de reconocerla".
El programa SemillAr “nace de la secretaría de agricultura familiar campesina indígena, y ya estamos trabajando institucionalmente con el INTA, el instituto nacional de semillas INASE"
"Buscamos apoyar con infraestructura, maquinaria, financiamiento como capacitación y apoyo técnico, a todas esas experiencias, así como ferias e intercambio de semillas nativas y criollas en nuestro país".
Destacó que en la región “desde los años 60 avanzó una lógica de apropiación de las semillas y su propiedad intelectual”, es así que “se fue concentrando el mercado semillero, disminuyendo las diversidades genéricas”.
Dicho contexto, llevó a que se fuera “invisibilizado el rol activo de los productores y las productoras en el cuidado de las semillas” según destacó la especialista.
Valga recordar que la ley 27.118 de Reparación Histórica de la Agricultura Familiar, sancionada en 2014, aún no ha sido reglamentada. Contempla en su artículo 26 la creación de Centros de Producción de Semillas Nativas (Ceprosena) con el objetivo de registrar, producir y abastecer semillas nativas y criollas a nuestro país.
Según Lozano, la ley pide que cada semilla “tenga unas características que la semilla nativa de nuestro país no la tiene, porque son dinámicas y se adaptan permanentemente a los territorios”.
En ese sentido, la reglamentación “no contempla este universo” como consecuencia, “la comercialización de semillas sin registrarse no estaría dentro del marco de la ley de semillas”.
Verónica Lozano resaltó que “nos paramos desde ese marco para proponer esta política pública y revalorizar la función social de la agricultura nacional campesina indigena en la producción de semillas nativas y criollas” en Argentina.