Los investigadores demostraron, en modelos in vitro, el potencial de este compuesto derivado de residuos industriales para prevenir y tratar la infección. Este resultado podría servir de base para futuros desarrollos terapéuticos naturales, económicos y sostenibles contra el dengue.
Elio Soria, que participó del trabajo, dijo en "El Repaso”, por Radio Provincia que “hace tiempo que venimos trabajando en productos de origen vegetal. Por experiencias anteriores, sabíamos que la piel del maní era una fuente de productos naturales que podía interactuar con el virus del dengue para evitar que se expanda en el organismo”.
Además, explicó que “para lograr un efecto deberíamos comer kilos de tegumento y eso es poco probable, entonces la ideas es obtener los compuestos que están en estos tegumentos y concentrarlos para poder colocarlos en alimentos o medicamentos”.
En ese sentido, comentó que “si pensamos incluirlo en alimentos sería con fines preventivos, en cambio si pensamos en otras concentraciones, con pacientes que tengan algún tipo de compromiso, ya sería terapéutico y ahí si se produciría una píldora”.
“Lo que falta es ensayar estas nuevas formulaciones en animales y luego en seres humanos, primero sanos y luego en pacientes enfermos” – sostuvo y aclaró que “la diferencia con los repelentes es que estos trabajan sobre el insecto y no sobre el virus”.
Finalmente, Soria indicó que estos trabajos son financiados con fondos nacionales y estimó que la base del producto, a nivel laboratorio, no humano, podría estar disponible para este año o el próximo. “Si conseguimos más fondos podríamos avanzar hacia el producto final”-concluyó.