Tras cumplirse un año del gobierno de la motosierra, el economista, Mariano Kestelboim aseguró que a partir de las “decisiones fiscales” que toma se puede caracterizar a “este Gobierno como un Robin Hood al revés” ya que “gobierna a favor de los ricos y en contra de las grandes mayorías” y en este proceso “cortoplacista degrada la estructura productiva y social de nuestro país”.
En contacto con "Napalm", por Radio Provincia, el docente de la Universidad Nacional de Avellaneda se refirió al equilibrio fiscal alcanzado por la administración de Javier Milei y subrayó que “lo más importante es cómo se consigue” ya que en economía “no hay un solo camino”. Y, aclaró que “hay otros que no son sacrificando el interés de las grandes mayorías, que él entiende por la casta”.
Es, en ese marco que el asesor de empresas industriales señaló que “había muchas variantes para mejorar las cuentas públicas, sin tener que hacer que la paguen los jubilados, los estatales y sin que nos quedemos sin obra públicas, sin salud y educación pública o Centros de Investigación. Y, estimó que el equilibrio fiscal también se podría haber logrado “modificando la matriz tributaria” o “eficientizando el cobro de otros gravámenes porque hay mucha marginalidad en las operaciones económicas”; en vez de recortar los gastos.
“Este año, hubo muchas empresas que tuvieron ganancias extraordinarias porque fijaron precios exorbitantes y no tuvieron ningún tipo de contrapartida por esos ingresos extras. Tal es el caso del sector energético, los combustibles, los medicamentos, el agroexportador, el financiero o empresas con títulos ajustables por dólar ser…” describió Kestelboim
Por lo tanto, criticó que “habiendo muchas alternativas” para no “sacrificar el interés de las grandes mayorías” este Gobierno decidiera “comprimir al mínimo uno de los impuestos más progresivos de nuestro país: que es el que impacta sobre los bienes personales” y a las personas de más altos ingreso; y al mismo tiempo permita que “haya otros como el impuesto a la herencia, que nunca se aplican”.
Por otra parte, al analizar el discurso proteccionista que tiene Donald Trump respecto a su mercado interno en comparación con la postura que el propio Javier Milei ha expresado, aseguró que “no lo veo contradictorio, sino contribucionista; ya que lo que hacen ambos es defender el interés norteamericano. Ahí está la coherencia”.
El también autor del "Manual del Economista Serio” agregó que en este contexto “las Pymes industriales argentinas que se pudieron sostener son las grandes o medianas que además mejoraron sus ingresos” porque “aumentaron sus precios y la caída de las ventas no fue tan significativa”. Pero advirtió también que “con la política de apertura, a mediano plazo van a terminar perdiendo por la competencia de la mercadería importada”. Mientras que “las pequeñas empresas que dependen del mercado interno, ya hoy están en una situación crítica, porque las ventas se cayeron como un piano”.
El entrevistado consideró que la irrupción de la tecnooligarquía en la Economía política de un país soberano y periférico, como Argentina, "puede generar mayor dependencia y primarización de la economía productiva”. Y alertó que “cuando menos valor agregas más gente te sobra y más te tenés que someter a las decisiones de las grandes potencias”.
Finalmente, el exrepresentante permanente de la Argentina para el MERCOSUR aclaró que hay posibilidades de un desarrollo autónomo, pero hay que ir por el camino de la integración latinoamericana. Y desarrollar "otras alianzas con otros centros de poder como los BRICS. Este es un camino que hay que profundizar. Y en lugar de avanzar con el poder norteamericano exclusivamente, hay que tratar de hacer la política diversificación del poder y de los intereses que propone el peronismo”.