Julieta Fernández, es una de los más de 200 trabajadores despedidos del Hospital Laura Bonaparte, el nosocomio que se especializa en la atención de las personas con condiciones de salud mental y/o consumos problemáticos. “Desde el miércoles pasado estoy desempleada. Pero todos continuamos viniendo a las medidas de lucha”, dijo por la radio pública.
En contacto con “Napalm”, por Radio Provincia, la terapeuta ocupacional contó sobre las medidas de fuerza que se realizan en el establecimiento de salud público que se encuentra en estado de asamblea permanente y con una ocupación parcial del inmueble. Y analizó que consideran los despidos como “una especie de venganza”, luego de lo que pasó en octubre del año pasado, donde la comunidad se organizó para defender el nosocomio. “Esto es un cierre de hecho porque el Hospital no funciona con la mitad del personal porque no se puede brindar la misma atención que se daba antes”, espetó.
Fernández recordó que si bien en octubre el hospital no se cerró, se planteó una reestructuración y "funcionamos con el presupuesto del año pasado, que no está acorde a los gastos actuales”. Y paralelamente “muchos profesionales se han ido porque estamos en una situación de mucha precarización. Teníamos contratos anuales, que luego se transformaron en trimestrales. Pero, desde comienzo del 2025, ni las personas que no están despedidas tienen contrato. Es una situación de muchísima inestabilidad laboral” .
En ese marco, la extrabajadora detalló que está convocada una segunda mesa de negociación para mañana donde participarán representantes del ministerio de Salud de la Nación. “Los gremios se reunieron la semana pasada pero no tenemos ninguna novedad ni respuesta formal. Además, desde el Ministerio, no hay ningún indicio de que presenten una solución posible”.
Asimismo, informó que hoy a las 13 hay una reunión de todas las comisiones del Hospital y también se está empezando a organizar una comisión de pacientes y familiares “porque muchos nos están pidiendo colaborar en las medidas en defensa del establecimiento. Lo más importante es revalorizar la voz de ellos que son los que pueden dar cuenta de la atención de este hospital”.
Sin embargo, en la actualidad “los servicios están completamente vaciados”, describió Fernández y agregó que “hay compañeros que están reorganizando, entre pares, el trabajo porque tampoco los directivos nos dan respuesta. Y no hay un lineamiento formal de cómo continuar”.
Además, denunció que con los últimos despidos “muchos pacientes se quedaron sin equipo tratante, y muchos están muy angustiados” porque al ser un hospital que trata cuestiones de la salud mental, “esta situación impacta directamente” en los tratamientos.
La entrevistada al repasar las declaraciones del Gobierno, que cuestionaban la cantidad de profesionales en relación a la cantidad de pacientes, le respondió “que en las cuestiones de salud mental uno no puede cuantificar, como no se puede cuantificar la angustia, porque son procesos que llevan muchísimo tiempo y requieren de un equipo interdisciplinario”. Y advirtió que “este tipo de abordaje es muy difícil de encontrar en otros lugares del sistema público”.
Finalmente, la trabajadora despedida consideró que puede haber “una cuestión ideológica” en el ataque al Hospital, “porque el nombre que tiene es de una Madre de Plaza de Mayo” y, en ese marco, “respondemos a una política de defensa de los derechos de los pacientes y los Derechos Humanos; y sabemos que a este Gobierno eso no le interesa para nada”.