En diálogo con Hay Un Lugar, el dueño de Churrería El Topo expresó: “Es una empresa multifamiliar que tiene 57 años, la fundó mi papá con mi padrino. Hemos pasado por el Rodrigazo, por la híper, el 2001, la pandemia; hemos tenido años y años, pero por suerte la empresa está creciendo. No franquiciamos, por lo tanto todos los locales son propios de algún integrante de la familia”.
Asimismo, Juan Navarro manifestó: “El churro con roquefort lo hacemos desde que abrió la empresa. Hasta hace 15 años teníamos cinco sabores solamente y ahora tenemos veintitrés. Siempre decimos que es la dialéctica gastronómica, la gastronomía siempre va evolucionando. Si a la gente le gusta, le gusta y punto, hay que hacerlo”. A lo que agregó: “Para las fiestas hacemos los churros con vitel toné y son exquisitos. El relleno es la salsa sin la carne”.
Por otra parte, dio algunos consejos y precisó: “Yo siempre recomiendo que coman entre dos o tres churros por persona, hay gente que come seis. Yo te puedo asegurar que en nuestro producto el aceite es impecable, no vas a comer un churro aceitoso por nada del mundo, pero es un producto frito”.
Al respecto de las ventas, detalló: “Soy el dueño también de los locales de la Ciudad de Buenos Aires y hasta julio estuvo bien, pero septiembre y octubre hubo un bajonazo importante de casi un 25% menos de ventas comparado con el año pasado”. Mientras añadió que “acá en Gesell pensé que la temporada iba a venir floja. Diciembre estuvo bien, pudo estar mejor pero no ayudo el clima. En enero, hasta hoy, viene muy parejito con el año pasado”.
Por último, el también community manager de la empresa hizo alusión a la forma de comunicar: “Tratamos de manejar bien la ironía, siempre con respeto hacía el cliente, pero con la filosofía de que el cliente no siempre tiene la razón. Eso es fundamental y también que el cliente, por más que tenga el poder de compra, no tiene derecho a maltratar a nadie que está adentro laburando”.