La producción de miel es emblemática en nuestro país, con un 92 % de exportación hacia los países de Alemania, EEUU y Japón. Es de destacar que, en 2020, la provincia de Buenos Aires concentró el 49%de estas exportaciones. Actualmente, la Provincia cuenta con 4576 productores apícolas, 1,2 millones de colmenas, con 784 salas de extracción y 112 centros de acopio.
Al respecto, el entrevistado expresó que la actividad apícola “está valuada en la miel y está evaluada muy bien en la polinización”, pero además existe “un tercer aspecto que es lo social”, puesto que “representa el trabajo de familias, traspaso de abuelos, padres, hijos, nietos, tataranietos que siguen la producción”.
Apella explicó que hoy “la soja es un cultivo que cambió los ecosistemas, y la abeja tuvo que adaptarse, se hicieron ensayos en nuestra Chacra para lograr individuos capaces de seguir produciendo miel en un ecosistema totalmente diferente”.
En ese sentido, los cambios ocurridos en las últimas décadas tanto a nivel productivo como ecológico, llevaron a que la abeja tuviera que modificarse desde su genética. Según informó “gracias a su sistema haploide/ diploide, toda la metodología de mejoramiento” implementada en la Chacra “hizo que la abeja” no bajara “la producción de miel” .
El especialista detalló que actualmente “el ministerio de Desarrollo Agrario tiene “14 chacras experimentales (...) dedicado a la producción de material genético” , y añadió que “son líneas de abejas mejoradas dedicadas a una especificidad”
Atella historizó sobre la actividad apícola y recordó que “siempre se fue a campos fértiles” con desarrollo ganadero y en tambos para que la abeja encontrara “la variedad de polen y néctar para producir su cría y a su vez la miel”.
De este modo, la producción de miel se desarrolló por medio del trabajo de investigación del equipo del apiario y resaltó que “había una zona de campo donde nunca se pensó que iba a desarrollarse la apicultura”.
En ese sentido, indicó que “el desarrollo de la agricultura hizo que se fuera a campos marginales, entonces la abeja tuvo que readaptarse” y fue posible a partir del “la selección, el mejoramiento y el profesionalismo” para que pudiera migrar “a otros tipos de suelo”, lo que permitió “trabajar con producciones de mieles en otras zonas”.
Atella resaltó que hoy “la producción nacional de miel va a llegar a las 77 toneladas y el 45 % es de la provincia de Buenos Aires”. Además, contó sobre las actividades de extensión, producción y selección de abejas que realiza el Apiario en la localidad de General Belgrano.
En ese marco, recordó que dentro de la actividad apícola aquello que se valora es la capacidad del apicultor de lograr “colmenas con abejas mansas”, por ello “una de las cualidades que más se está seleccionando, además de la productividad, la sanidad es la mansedumbre”, “nuestras abejas no tienen que molestar” cuando se ingresa las colmenas en campos vecinos.