La sociológa y escritora María Pía López presentó su libro “Quipu, nudos para una narración feminista” y en ese marco explicó que “el título remite a la escritura Inca, un modo de narrar hecho con nudos y me pareció interesante porque cuando decimos que algo está anudado implica desarmarlo pero también se construye una cierta fuerza, unión y cada nudo es un problema y cruce de cosas diferentes, de temas diferentes, de discusiones de los feminismos actuales y por el homenaje de Kipú como homenaje al mundo incaico y a la narrativa”.
“La idea es tratar de pensar algo que los feminismos vienen plateando que es la relación de lo personal y lo político, volver a pensar estas cuestiones pensándolo como ese nudo que atraviesa la experiencia de la lengua, pensamos que una lengua política juega en el orden de la consigna, la claridad o comunicación que puede convencer a las personas pero me interesa ir por el pliegue de esa lengua para pensar que hay política en la propia expresión de una experiencia, del orden de los placeres, los deseos y si podemos construir una lengua que sea capaz de decir todo eso, eso en sí mismo es una política”, apuntó.
López argumentó entonces que “la presencia de palabras como ‘barriletear’ o ‘recién llegadismo’ o ‘plebeyón’ tiene que ver con esto de dejarse jugar con el neologismo y la sonoridad, una especie de experiencia de la lengua ensayística que no remita a la estructura sintáctica aceptada ni a un léxico establecido, jugar con cosas que aparecen en la realidad, que a veces cuando estamos conversando aparecen para generar en las propias palabras un cierto énfasis y una dislocación”.
“Hay filósofos y escritores que una vez que se leen es difícil que no queden huellas y Espinosa es uno de esos autores, sobre cómo pensar el cuerpo, en algo que nos permite volver sobre las libertades”, agregó.
La socióloga dijo además que “en esta pandemia todo el tiempo estamos atravesando una situación social muy difícil, plantear la alegría es una cuestión complicada porque gran parte de la vida se va en relación con el duelo y Espinosa es interesante en esto de plantearse contra las pasiones tristes, porque pone énfasis no en estas alegrías que las derechas festejan reactivamente como explosión del yo y consumo social sino que es una alegría surgida de una trama política, construcción colectiva y experiencia en común y eso para pensarlo debe estar aliado al cuidado propio pero sobre todo al cuidado de las otras personas”.
“Siempre hablo de feminismos en plural porque me parece que es parte de la fuerza que tienen los feminismo el reconocimiento de que no hay una única manera de comunicar, hay una conversación, que es tensa pero que si hay conversación, hay querella y hay posibilidades de una alianza, en mi caso me siento más cerca de los feminismos que a la hora de pensar una estrategia, en una apuesta para la emancipación social son aquellos que mas allá de la identidad de género hay que atender fuertemente a la pertenencia a una clase social, los feminismos populares y los que consideran como parte relevante de esa alianza a las personas trans, no me siento cerca de quienes creen que la cuestión es haber nacido mujer es igual a otra mujer por el hecho de haber nacido mujer, qué pasa con los cuerpos que son de clases populares o del mundo plebeyo, ahí me siento más cercana políticamente”.
En torno a otro de sus libros, en este caso de ficción como “Habla Clara”, López detalló que “de todos mis libros de ensayos es el más cercano a la escritura de ficción porque esta presente todo el tiempo la pregunta sobre cómo narramos, el ritmo, la sonoridad, esa búsqueda que es específicamente literaria, es un libro fronterizo, que está más cercano a una escritura artística, estética que de ensayos”