Sebastián Tarica pasó por el estudio de la radio pública para hablar de comida, sabores, pesca y vida silvestre. Él creó algunos de los restaurantes más populares de la cocina porteña a comienzos de los años dos mil. Largó la adrenalina del servicio constante y se fue a una playa de Uruguay a vivir como pescador.
Sebastián contó que compró su primer restaurante con parte de ahorros que tenía y parte de lo que le prestó su familia.
"Me fui de la fábrica de mostaza porque no paraba en todo el día. Yo decidí irme por el proyecto que tenía, me separé sin haberme peleado con la madre de mi hijo, pero tenía 900 de triglicéridos y 500 de colesterol. Así me fui. Cuando empecé a disfrutar el día fui el tipo más feliz del día. Allá tenemos tiempo", recordó emocionado.