La doctora en Física María Luz Martiarena, reconocida por su destacada trayectoria en investigación científica, gestión institucional y vinculación tecnológica en el CONICET y el Instituto Balseiro, cuestionó el reciente decreto del gobierno nacional que ordena la transformación de diversos organismos descentralizados, como el INTA. Esa medida implica el ejercicio de facultades no contempladas en la denominada Ley Bases, lo que contradice los principios establecidos en la Constitución Nacional.
En diálogo con Napalm, por Radio Provincia, advirtió que no se comprende que la producción de conocimiento “no es lo mismo que una fábrica de tornillos, son distintos conceptos, porque requiere gente formada y que haya procesos que no siempre son económicamente rentables pero aun así generan insumos que nos sorprenden en aplicaciones futuras”.
La entrevistada aseveró que “la política partidaria no los puede abrumar” y consideró que este tipo de instituciones de investigación y generación de saber tienen que “tener condiciones de integración de la sociedad, si la gente no interactúa es poco probable que se pueda aplicar nada”.
“Las decisiones políticas del INTA se tenían que tomar por cuerpos con interacción de los sectores académicos, del consejo, del Estado nacional y provinciales y productores”, remarcó Martiarena y lamentó que “por idealismos económicos puedan afectarse instituciones de estas características”.
“Pasamos por un período muy complejo para las instituciones en relación con el uso de los recursos públicos” y por “una época donde nos mandaban a lavar los platos con un promedio de edad de 52 años, lo que estaba muy mal”. Sin embargo, “a partir de incluir cosas que eran virtuosas te fuiste de mambo” porque “una cosa es la dignidad de las personas y otra es la responsabilidad que cada una tiene. Todos tenemos la misma dignidad pero no todos tenemos la misma formación”.
“Si los que deben hilar fino desconocen el sistema, estamos en el horno, como está pasando en este momento”, significó la investigadora, al tiempo que cuestionó que el Gobierno ponga “a una única persona a definir toda una estructura, sin cuerpo colegiado”.
Martiarena destacó que “somos muy afectos a destruir, sin que nadie se haga responsable de esa necesidad de barrer la mesa. Lo que destruís necesita años para volverse a construir”.