Pablo Martínez Carignano aseguró que las rutas nacionales están “en una situación lamentable” y consideró “crueldad premeditada” las declaraciones del portavoz, Manuel Adorni que intentan desestimar la importancia del tema.
En contacto con “Naplam”, por Radio Provincia el exdirector de la Agencia Nacional de Seguridad Vial denunció que “hay un gran abandono del tema” porque lo que se busca es ir hacia “un plan de negocio que tiene como correlato la privatización de las rutas rentables y el abandono de las otras”.
Carignano reflexionó: “Cuando el Estado decide abandonar a su suerte a las rutas nacionales lo que está generando es el incremento de las muertes, heridos y familias destrozadas”.
Seguido, el especialista en cuestiones de vialidad explicó que las rutas nacionales y su circulación son competencia del gobierno central, porque así está establecido por la Constitución Nacional. Y lamentó que circulando por el país “ya no es sorpresa encontrar carteles que dicen ‘Ruta abandonada por el gobierno nacional. No hay plata. Nosotros no nos podemos ocupar de esto’”. Y a la postre analizó que “la situación ya no es una cuestión de técnicos, sino que en las comunidades locales lo ven todos los días porque hay accidentes y los camiones no pueden salir con la mercadería” .
Por otra parte, defendió con ahínco a la Agencia Nacional de Seguridad Vial que “fue cerrada hace poco por un decreto de la ‘febril mente de (Federico) Sturzenegger’ (ministro de Desregulación y Transformación del Estado) y “era el organismo que se encargaba de armonizar la política vial del país”.
Carigniano la consideró una de las agencias ”con mayor criterio federal, porque tenía bases en todo el país y además una de las más exitosa y eficiente dado que desde que se creó logró un paulatino descenso de las muertes en las rutas argentinas”. “Cerrarla y hacer lo mismo con la Dirección Nacional de Vialidad es un error enorme”, enfatizó.
Y por lo tanto concluyó que “se puede ser mileista en algún punto; pero no se puede ser suicida. Las rutas, en el estado que están no sólo despiertan la indignación de quienes se encuentran en un determinado partido político; porque todos vamos por allí. Y se está matando la gente y las economías regionales se están viendo afectadas. Es tan obvio que solamente elllos no lo ven". El Gobiierno "en esta actitud refractaria a todo tipo de obra pública no tiene una cuestión ideológica, sino de negocio. Esto apunta a la entrega de las rutas rentables a grupos privados a cambio de los beneficios que ya todos imaginamos. Y en el camino quedarán muchas otras viás abandonadas”.