Expresó que “las restricciones son bienvenidas” y recordó que “es la única posibilidad que teníamos para intentar minimizar esta tragedia sanitaria”.
Ante ello, sostuvo que es necesario tomar la situación en contexto: “hace tres semanas el DNU presidencial fijó una serie de medidas restrictivas. Para mi entender era un punto insuficiente, porque hace unas semanas, vivíamos una situación de indefinido colapso sanitario, y estábamos en el pico de la segunda ola de la pandemia”.
Y continuó: “esas medidas fueron resistidas, no se controló nada”, advirtiendo que, tanto en la ciudad de La Plata como Buenos Aires, “los bares estaban llenos de gente en su interior”. Subrayó que eso “demuestra que existía una decisión política de no controlar” por parte del intendente Julio Garro y Horacio Rodríguez Larreta.
Con respecto a las escuelas, consideró que era “absolutamente absurdo en el contexto de una tragedia sanitaria como la que estamos viviendo, con más de 10 mil muertos en el último mes, tratar de contrastarlo con el eventual daño psicológico que puedan tener los chicos por la pérdida de algunos días de presencialidad”.
Sobre las últimas medidas tomadas por el Ejecutivo, el médico intensivista agregó que “hace tres semanas, cuando se tendrían que haber tomado las decisiones actuales, el gobierno nacional no tenía consenso, tenía una grave oposición. Ahora, con la cruda realidad que nos impone la pandemia, esos gobiernos que se oponen tuvieron que dejar los berrinches de lado y aceptar lo que estaba pasando porque la misma realidad se los iba a llevar puestos”.
Dubín ofreció un panorama del colapso del sistema sanitario y describió que hay “desborde de los sistemas hospitalarios, con insuficiencias de recursos físicos, tecnológicos, humanos, de insumos, humanos y medicación” y destacó sobre la muerte de “15 mujeres embarazadas en la provincia de Buenos Aires, en la segunda ola”. Además, la ocupación de camas es crítica: “ahora hay un montón de pacientes en sala común y que tendrían que haber estado internados en terapia intensiva”.
En tal sentido, expresó con énfasis que “el principal marcador de esta situación lamentablemente es el aumento abrupto de la mortalidad” porque “dos de cada tres pacientes que ingresan a terapia intensiva no se no se recuperan, fallecen”.