En ese marco, la subsecretaria de Salud Mental, Consumos Problemáticos y las Violencias en el Ámbito de la Salud en la provincia de Buenos Aires aseguró que están siendo “un ejemplo en el país” porque “se está desarrollando una vanguardia importante en salud mental”.
Explicó que eso les está permitiendo “entender cómo los síntomas, los consumos problemáticos, los ataques de pánico o los trastornos de ansiedad a veces tienen explicaciones que no son solo las psicopatologías, sino las formas en las que vivimos”.
De todas maneras, consideró que, “a pesar de los enormes esfuerzos que hace el Gobernador” disminuyendo el “impacto de la violencia de las políticas nacionales”, es imposible negar "el efecto de la situación nacional” en personas con discapacidad y jubilados debido a “la desprotección sobre la infancia, el desprecio de la función social del Estado y la situación de dificultad en poder regular algo de las violencias en la vida social”.
También opinó que este último punto “exalta los aspectos más complicados de las relaciones interpersonales” y configura “un clima social de época preocupante".
Por otro lado, sostuvo que hay que “ser cautos” con el discurso del gobierno nacional, ya que piensa que “son muchos los que no solo no coinciden, sino que están convencidos y comprometidos en buscar que la Argentina esté conducida por ideas distintas”, las cuales “reflejan mejor cómo es el sentir argentino, la identidad, la tradición con la que nos identificamos en relación con los derechos humanos”.
Para concluir, teniendo en cuenta esto, hizo un llamado a “una convocatoria activa a una disputa social, política y cultural sobre el destino de la Argentina”.
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