En diálogo con No Mientan Más comentó que “en el año 2004 meten preso a mi hijo por un delito que no cometió: lo acusaban de haberse robado 4 empanadas. Era la época de Bloomberg, y dos días antes había ido a una marcha por seguridad”.
“A veces uno cree que la justicia es justa, que uno junta pruebas y ya está, pero no siempre es así”, aseveró. Luego se refirió a los primeros momentos en que tuvo que hacer la fila para visitar a su hijo privado de su libertad en el Penal de Ezeiza: “Al principio es de mucho miedo porque no entendés nada; no hay un cartel que diga cómo son las cosas, aprendés sobre la marcha”.
Luego de consultar ante varios organismos sobre cómo encarar diversas situaciones, dijo que en un ámbito estatal un empleado le sugirió “señora armése una ONG porque el Estado no le va a dar eso que quiere”.
Un productor cinematográfico escuchó una exposición suya, y le acercó el material a Natalia Oreiro. "Ella es una masa: le gustó la historia y a la semana vino a verme", y concluyó revelando que las mujeres que acompañan a la actriz uruguaya, son quienes la acompañaban en la fila para visitar a su hijo.