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LUCIANA DE LUCA HABLÓ SOBRE "OTRAS COSAS POR LAS QUE LLORAR"
EL REFUGIO

LUCIANA DE LUCA HABLÓ SOBRE "OTRAS COSAS POR LAS QUE LLORAR"

Por vanesa abalos / 6 de June, 2021
La autora contó que la novela "es la historia no de un fracaso sino de una frustración".


“Otras cosas por las que llorar” es una exquisita reconstrucción de costumbres y vida cotidiana de un pueblo, en la que los mandatos arcaicos, venidos de las profundidades de una Italia campesina inmigrante, se reflejan en una existencia sofocada. Desde la subjetividad más pura, Luciana De Luca pinta un cuadro de innegable objetividad dando forma y palabra a una mujer que no encuentra cómo expresarse en el denso tejido de obligaciones y postergaciones que conforman su historia y su vida.

En diálogo con "El Refugio", De Luca contó que “hay una cuestión muy dura, fue una decisión no soslayarla y ponerle el cuerpo a esa dureza, a esa historia que se pedía así sin eufemismo, hubo una época donde había que hacer las cosas de determinada manera, no se sabía que se podía desear de otra manera y me gustaba contar la historia no de un fracaso sino de una frustración, que circula está ahí y hay que enfrentarse”.

“Sus elecciones quedaron muy tapadas en este mandato que uno se da cuenta que están todos los personajes atravesados por esos mandatos, viviendo en caminos paralelos que nunca se tocan y como si no hubiera posibilidad de quebrar esa rigidez de la época, del prejuicio, el miedo a Dios, al que dirán y en ese caso, la enfermedad aparece como una ruptura, un quiebre por donde se puede escapar esa voz”, detalló sobre Carolina, el personaje principal de su novela.

“Hay mucho de mí en Carolina, de mis preguntas, de mujeres que me han rodeado, Carolina es como una especie de gran monstruo que fui armando de muchas otras mujeres y me reconozco en muchas preguntas que se hace, en frustraciones y Antonio está hecho de los hombres de antes, nacidos en los primeros años del siglo XX, callados, no dados a la ternura, sólo ir al trabajo”, reflexionó.

La autora comentó además que “empieza a haber agua por todos lados y hay que pararse sobre los montículos de tierra pequeños que quedan y comenzar a reconstruirse desde ahí, hay un momento de la vida que nos pasa a todos donde uno se empieza a preguntar esto es la vida? Esto fue todo?”.

“Siempre leí mucha poesía y en la narrativa que leo hay mucha presencia, me parece muy vital, Alejandra Pizarnik me generó mucho interés desde chica, mi papá me estimulaba a leer libros de adultos y siempre tuve esa búsqueda e interés, me interesa la voz, la cosa social, tan profunda y de cuchillo que tiene la poesía”, contó.

Por otro lado, se consideró “muy poco metareflexiva con la literatura” e indicó tener “una relación muy primal, muy de necesidad, me tiro encima de la historia, la historia se tira encima de mí, hay como una relación bestial con la escritura de mucho apasionamiento, me consumen las historias y esta novela me tocó por completo y la escribí, la fui siguiendo y alimentando de la novela”.