“La filosofía de Descartes es muy actual”, dijo Matías Wiszniewer al hablar de su primera novela Invierno sueco. El último viaje de René Descartes.
Por El Refugio en Radio Provincia, reveló que recreó el viaje que realizó el filósofo hacia Estocolmo, para aproximarse lo más posible a él. “Un galeón sueco lo lleva a la corte de la Reina Cristina y en ese viaje escribe sus memorias. Fue un paso fundamental el que dio cuando decide abandonar los libros y las escuelas e investigarse a sí mismo”.
En cuanto a su novela, aclaró que “si bien consta de datos rigurosos, no es un manual de historia, sino que está pensada para meterse en la vida real del protagonista y los conflictos geopolíticos de le época”.
Wiszniewer manifestó que “todo lo que está documentado sobre la vida de Descartes, está en la novela. Hay es aplicación de técnicas narrativas, pero el dato duro es riguroso. Es una doble crónica de viaje: de mis viajes detrás de Descartes y sus propios viajes”.
En tanto, destacó que “Descartes llega a dudar de todo porque es una época de gran crisis de los relatos, sobre todo de la Iglesia en la transición de fin de la Edad Media a la Modernidad”.
El autor, que es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires, y estudió Historia de la Filosofía destacó que “cuando empecé con la filosofía me contagiaron el entusiasmo. La figura de Descartes aparece en la época del escepticismo, en la crisis de los saberes y se considera el héroe de la filosofía porque llega al extremo del escepticismo y sale de él, al afirmar: yo pienso, yo existo, es decir, llega a una verdad indudable”.
El escritor indicó que la de Descartes “es una filosofía muy actual, porque hay dos maneras de salir de situaciones críticas: una es encerrarse en el fanatismo, refugiarse en verdades absolutas que no tienen sentido y otra es llevar la duda al extremo y ver qué nuevo surge de eso. Es muy candente ese pensamiento hoy en día”.
En la investigación que derivó en la novela, el autor procuró “alejarme de las construcciones que se hicieron en el siglo XX en torno a Descartes e ir más al texto y época en que vivió. Me interesó rescatar al Descartes que encontró una certeza tan elemental como que yo existo, y no puedo no existir si percibo cosas”.
Por último, consideró que Lacan recupera la filosofía de Descartes: “Siento que en el psicoanálisis hay una continuidad del método cartesiano, porque el paciente que va a un análisis es dudar de su realidad, preguntarse sobre el yo. Es poner en duda la certeza sobre quién es”.
“Yo encontraba relaciones entre el análisis y el movimiento de Descartes, fui a hablar con estudiosos psicoanalistas y en el texto de Lacan encontré la confirmación a lo que intuía: dice que el pensamiento de Freud es cartesiano y que no podría haber psicoanálisis sin el acto fundacional del cógito cartesiano”, concluyó.