Así lo detectó la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) a través de una encuesta autoadministrada en colegios de Buenos Aires, que dio como resultado que el 30 % de las jóvenes adolescentes estaban disconformes con su imagen corporal y eso se manifestaba en sus forma de alimentarse.
Mariñas explicó que la encuesta arrojó que 1 de cada 3 adolescentes ha manifestado una disconformidad corporal pero que eso no se traslada directamente a malestares como bulimia o anorexia.
Para que ello ocurra, la especialista indicó que "tiene que haber un trastorno psíquico en pacientes y darse un entorno familiar que acompañe a esas patologías".
A su vez, detalló que ello sucedió en especial durante "la pandemia que llevó a que los y las adolescentes estuvieran más tiempo en las redes, que con sus grupos de pares y ese contacto en redes sociales -viendo gente feliz- lleva a que la autoestima, con pacientes con una predisposición psíquica o psicológica, por vínculos violentos o abusos, aflore".
Por último, explicó que al observar un paciente o una paciente con conductas alimentarias modificas hay que preguntarse "por su vida, sus emociones, su familia, su entorno y por qué su autoestima está dañada".