El actor e investigador Mariano Pacheco se refirió a las bandas de rock de los 80 y 90 y aseguró que “a partir de mediados de 2000 hasta hoy hay una crisis generalizada del rock”.
En diálogo con “El Frasco”, afirmó que “el reggaetón es el enemigo estético y político de toda nuestra tradición: es dogmático, poco creativo, repetitivo, tiene cosas ideológicamente muy jodidas, es prácticamente la cultura de la violación y de la objetivación de las mujeres a sus formas extremas, no así el rap y el hip hop que emerge como un rock contemporáneo con otros ritmos”.
Seguido, consignó que “no escucho esa música, no me llega, pero si hay algo del rock en esta época pasa por los pibes que hacen rap en una plaza (…) que generan otros vínculos entre la gente más joven”.
Pacheco significó que “en los años 80 y 90 el rock no es un ritmo más, sino que es un vector de politización de las juventudes en un momento donde la política había quedado secuestrada junto con el proceso de desaparición de personas durante la dictadura militar”.
“La escena de la contracultura, la experiencia de las bandas que empiezan a ser contestarias, también contra el establishment del rock, sobre todo como los subgéneros metálico y punk y los alternativos, entre los que aparecen los Babasónicos”, agregó.
El investigador dijo que en los años que siguieron a la dictadura, si bien “los militares ya no están, las policías hacen razias, retienen jóvenes y aparece el gatillo fácil, así aparecen en el punk con “Violadores””.
En tanto, consignó que “a partir del 89, en la crisis hiperinflacionaria, las grandes bandas se separan y dejan de tocar y proliferan banditas en un marco de asimetrías y la convertibilidad que permite el acceso de la tecnología. Surgen las banditas de garajes, que son el fenómeno de los 90”.
“El rock en esa época es el cruce de ritmo de todas las bandas, surge Hermética tocando temas de folclore y tango, un cruce novedoso que dura hasta Cromañón, que se puede pensar desde Malvinas hasta la Masacre de Avellaneda, momentos de apertura y cierre de un ciclo que cambia luego con el kirchnerismo”, manifestó el investigador.
En esa línea, mencionó que “es difícil de pensar el rock de los 80 y 90 son droga y sin alcohol, se tocaba en cualquier lado, como viniera. A partir del kirchnerismo mucha juventud empieza de nuevo a canalizar sus formas de expresión por los canales más clásicos, podemos pensar en la emergencia de nuevos movimientos sociales”.