El director de cine Alejo Moguillansky describió las dificultades de los cineastas y realizadores en la pandemia.
En diálogo con “El Frasco”, afirmó que “seguimos produciendo como se puede, volviendo a un oficio más artesanal, fue el modo de continuar en este lamentable contexto”.
Aseguró que una de sus películas “se iba a estrenar en 2019 y todavía no se pudo estrenar y de esas hay varias”.
En relación al tipo de producciones que hace, indicó que “nuestra productora hace cosas grandes pero no costosas a niveles industriales, se parece más a una compañía de teatro donde si hay plata, nos la repartimos”.
Moguillansky señaló que “el cine pandémico todavía no se hizo, el cine que se está estrenando es prepandémico, todavía no apareció un lenguaje” que pueda narrar el extraordinario contexto.
En ese marco, reveló que “desde el 2020 se filmó una película en mi casa y se está terminando. Se trata de una familia encerrada en una casa y donde uno intuye que están en pandemia, pero no se nombra y se conectan con el exterior a través de Mercado Libre, por donde la niña vende todos los objetos de la casa”.
“Tengo una relación voluptuosa con el mundo y de humor, sin ser irónico, pero esto fue un patadón” que nos hizo pensar que “quizás hay que trabajar el dolor, adentro de esos mundos. A mi me está pasando eso, tratar de entender que lo que uno rechazaba por solemne, lo tiene que seguir rechazando, pero no cerrar la puerta para incorporar al dolor, que está ahí”.