En diálogo con HIJOS de 30 Mil, Pablo Vommaro, historiador, docente e investigador de la UBA, Conicet y Clacso, y co-coordinador del Grupo de Estudios de Políticas y Juventudes de la UBA, se refirió a la juventud en contexto de pandemia: "la pandemia degradó o deterioró las condiciones de vida de amplios sectores sociales, entre ellos, las juventudes. No solamente las juventudes de sectores populares sino también los sectores medios, todo lo que tiene que ver que con lo vincular, con lo afectivo. Y eso se traduce en cierta desazón o desilusión de la juventud de hoy en día con las afinidades y elecciones políticas, con su participación. No obstante, las juventudes han seguido participando en la pandemia en diferentes instancias, dimensiones y espacios. Cuando uno va a los barrios populares, cuando uno habla de la organización comunitaria, territorial y popular, ¿qué es lo que encuentra, sobre todo, en un barrio popular?: mujeres y jóvenes organizados en comedores y en diferentes iniciativas. Las juventudes también han continuado con el trabajo presencial, por ejemplo el reparto de bienes que continuó y hasta creció en la pandemia. Ese reparto de bienes, el llamado delivery en la motito o la bicicleta lo hacen, en su mayoría, los jóvenes".
El investigador señaló también que "dentro de estas juventudes, hay grupos que tienen mucha habilidad y grandes astucias para visibilizarse en el mundo digital. Yo dudo que sea un fenómeno cuantitativamente en crecimiento, o sea que estos jóvenes sean más cantidad. Sí cualitativamente, o sea a nivel de su forma de aparición y también de la incidencia pública. Y obviamente, los medios hegemónicos le hacen el juego a estos grupos, los medios dominantes exacerban esta visibilidad. Creo entonces que han crecido mucho en visibilidad, no estoy tan seguro que hayan crecido a nivel de cantidad".
"Estos jóvenes llamados libertarios o de las nuevas derechas, o como a veces yo les digo, los anti derechos y anti igualdad, porque están en contra de la expansión de los derechos para la mayoría y están en contra de una mayor igualdad, representan el 12 por ciento aproximadamente de las juventudes, es decir, son una minoría pero intensa por su visibilidad".
"Creo que es importante tener en cuenta que estas juventudes no dejan de expresar un malestar, o sea que para poder interpretarlas y para poder comprenderlas es importante partir de la base que están expresando un malestar con lo establecido, pero no son jóvenes como pro sistema. Ellos expresan un descontento y eso es importante porque creo que uno de los riesgos que algunos analistas tienen es ponerse del lado del orden, del lado del sistema, cuando uno -justamente- quiere transformar el sistema", remarcó.
Pablo Vommaro analizó además el rango etario de las juventudes actuales: "el tema etario es un tema de debate, pero hoy podríamos decir que juventudes -en un sentido amplio- podría ir entre los 16 y los 35 años. Algunos dicen entre los 18 y los 29, por eso digo que es objeto de debate en la Argentina y en otros países. Los que trabajamos juventudes, no sólo hablamos de juventudes en plural para expresar la diversidad de juventudes que hoy existen, sino que también usamos la noción de generación porque la configuración generacional es un poco más amplia que lo meramente biológico referido con una fecha de nacimiento. Esto tiene que ver también con incorporar elementos sociales, culturales, históricos y políticos . Y hablo de este rango etario porque a los 16 años es la edad de votar, justamente con la ley del año 2012 del llamado voto joven; y los 35 años porque hay muchas políticas vinculadas con empleo, con educación y salud, que podrían ir hasta esta edad en las nuevas dinámicas sociales contemporáneas".
"A nivel cuantitativo, según el rango etario que uno tome, las juventudes son el 25 por ciento de la población Argentina. Este suele ser aproximadamente el peso específico en el padrón electoral. Las juventudes son de aprovechar los espacios de participación que se van abriendo.
"Desde hace varios años que hay una limitación o una falta de reconocimiento, a nivel social y político, de las juventudes que hablen con voz propia, o sea que hablen por sí mismas y no sean habladas por otros. Hay una frase que los que estudiamos juventudes siempre decimos y es que las juventudes son muy habladas y poco escuchadas, son muy producidas y poco reconocidas como productoras de bienes, pero también de valores, de lenguaje, de estilos. Creo que es importante poder pensar cuáles son los espacios que reconocen el protagonismo juvenil expresado por sí mismo", resaltó.
Para finalizar, Vommaro se expresó sobre la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y sus dichos sobre el trapero L-Gante en el pasado acto de Lomas de Zamora: "cuando Cristina habla de L-Gante, Trueno y Wos se refiere a una política pública que cambió la vida de cientos de miles de jóvenes en Argentina. El programa 'Conectar Igualdad' es una política pública material de distribuir computadoras personales, pero que posibilitó la mejora de las condiciones de vida materiales para cientos de miles de jóvenes. No es una apelación vacía o para quedar bien, es una apelación que tiene además un entramado de política pública", concluyó.