El doctor en Ciencias Económicas, Jorge Elbaum, afirmó que se debate sobre los encubrimientos locales a los atentados de 1992 y de 1994 porque “no se quiere hablar” sobre el origen de los mismos. Según expresó, ambas agresiones “son el resultado indudable de la participación Argentina en la Guerra del Golfo en 1991, a la que se sumó Carlos Saúl Menem, y de una traición de este mismo presidente a quienes habían financiado parte de su campaña electoral”.
En declaraciones a Radio Provincia, el autor del libro Efecto Nisman aseguró que “países árabes como Libia, Irán y Siria habían aportado varios millones de dólares a la campaña de Menem”, quien luego “los traiciona discontinuado -por pedido de Estados Unidos- un acuerdo firmado por (el ex presidente Ricardo) Alfonsín sobre la provisión de uranio enriquecido, que servía para energía nuclear pacífica. Elbaum agregó que, “en el marco de las relaciones carnales, esto supuso una estafa porque el contrato ya estaba firmado y pagado”. Además, Menem “había llegado a unos acuerdos informales en una gira previa a su elección, en los que se comprometía al envío del Misil Cóndor que estaba en su última etapa de desarrollo. También ese proyecto se discontinuó por pedido de Estados Unidos”.
El periodista y sociólogo enfatizó que “estas estafas generaron un clima que permitió que la decisión de quienes pusieron ambas bombas se realice en la Argentina contra Israel en el primer caso y la comunidad judío-argentina en el segundo”.
Asimismo, el ex funcionario de la DAIA cuestionó “la irresponsabilidad del menemismo”, que involucró al país en una guerra que le era absolutamente ajena “sin estar preparado en términos de seguridad. Menem mostró la hilacha ahí y en la exportación de material bélico a Ecuador y a los Balcanes, que es el primer capítulo que estamos viendo hoy en Bolivia” con el envío ilegal de material represivo por parte del gobierno de Mauricio Macri.
Por otra parte, Elbaum sostuvo que “la derecha israelí y la derecha judío-argentina pretenden y buscan una culpabilización eterna porque dudan de que las pruebas producidas por las investigaciones sean lo suficientemente sólidas como para culpar a alguien. Entonces no quieren que haya juicio y lo impiden evitando que se hagan las indagatorias como se pretendía con el Memorándum con Irán”.
En ese marco, recordó lo que dijo en un encuentro el entonces secretario de la DAIA, hoy presidente de la entidad, Jorge Knoblovits: ‘si llevamos la gente al juez Canicoba Corral y al fiscal Nisman y hacemos las indagatorias y no tenemos las suficientes pruebas y quedan libres de culpa y cargo, de qué nos disfrazamos?’