El especialista dijo que en ocasiones "dar asistencia a las personas puede ser difícil porque la persona lo ve como intrusión en su vida".
En ese sentido, remarcó que "la sociedad argentina tiene una actitud bastante buena respecto a los problemas de salud mental y su tratamiento".
A su vez, hizo énfasis en el problema y consideró que su gravedad aumenta cuando "está relacionado con el consumo de sustancias".
En realidad, "la situación es de otra índole cuando el cuadro psicótico es consecuencia del consumo sostenido a lo largo de varios días y los problemas biológicos del consumo en el cerebro puede provocar síntomas psiquiátricos como consecuencia del daño".
Keegan indicó que "hemos tenido un crecimiento del consumo problemático de sustancias desde la década del 80 del consumo de alcohol en los jóvenes de anfetaminas o drogas y derivados, en parte porque se ha naturalizado el consumo de sustancias, como la marihuana".
Subrayó que hoy la actuación de las fuerzas de seguridad, "con el cambio en la ley de salud mental" cambió "en cómo se resuelven esas situaciones".
Desde "el 2010 esta nueva ley está orientada a la libertad y los derechos de las personas con problemas mentales. Éticamente se diferencia el principio de beneficencia y el principio de autonomía". Es decir, entre "recibir o no intervención" aseguró Keegan
Hoy "nuestra ley protege el principio de autonomía, lo que hace para los cuerpos médicos, puede hacer más difícil intervenir como antes".