Mociulsky indicó que la pandemia aceleró la revolución digital en diferentes estadios.
De este modo, explicó que previamente "ya había gran parte de las personas que en sus puestos de trabajo, buscaban algo más flexible, para poder planificar tiempos y energía para trabajar y destinar a otras actividades".
A su vez, destacó que "el sistema fabril, con horarios fijos, marcar tarjeta, ya venía siendo cuestionado. Se demostró que muchos trabajos podían virtualizarse, y sin perder productividad".
Por dicha razón, "las empresas ven cómo planificar la presencialidad. Los datos se reparten en 50 y 50. Hay un gran porcentaje de la población que no quiere volver a esta dinámica anterior".
Hoy "la mayoría quiere tener actividades híbridas, con reuniones presenciales, se produce una sinergia, porque hay una hartazgo de pantallas para las plataformas que usamos para reunirnos".
En cuanto a la reducción de la jornada laboral, llevados adelante con pruebas piloto en países como España, Japón o EE.UU, Mociulsky resaltó que "las empresas argentinas no lo están planteando".
En general "las empresas están preocupadas por recuperar la fuerza de trabajo y la productividad, en especial las productoras, no así las empresas de servicios, que tuvieron muchos inconvenientes estos últimos años" subrayó.