En diálogo con BA con DERECHOS, Pablo Llonto, periodista, escritor y abogado especialista en Derechos Humanos indicó que "se puede romper este pacto de silencio de los militares de la última dictadura pero es muy trabajoso. Hay que buscar todas las maneras posibles de hacerlo como por ejemplo todo lo que se está haciendo desde el inicio de los juicios. Hay que tratar de obtener información. Esto ha sido siempre la lucha de los organismos, de los familiares, de abogadas y abogados, de periodistas que han buscado distintas formas de poder romper con ese pacto de silencio. Buscar documentación que de testimonio, aunque sea extrajudicialmente, tratando de arrancarles, aún con alguna maniobra o trampita periodística, para que den algún dato. Y por supuesto, que también existe la confesión extrajudicial que ha ocurrido, sobre todo con periodistas y escritores, de gente que creyendo que la impunidad seguía, en algún momento, dio nombres o datos sobre algo que podría conocer o que seguramente habría conocido. Pero, en esta última etapa que es la de los juicios, romper el pacto de silencio es difícil porque ahí sí se necesita la voluntad de quien va a contar algo".
El abogado sostuvo que "los que aún quedan vivos de las cúpulas de la dictadura son los más difíciles para que den alguna información", y aseguró que "hay que apelar a los suboficiales para que hablen. La categoría de los 'colimbas' es distinta porque los que hicieron el servicio militar obligatorio entre los años '74 y '83 están ayudando muchísimo en todas las causas. Es cierto que es distinto porque los ex soldados hacían el servicio obligatorio entonces la consideración que tiene la justicia es distinta con ellos".
Con respecto a los imputados civiles que han colaborado o participado directamente con el genocidio, el periodista Llonto explicó que "la etapa del juzgamiento de los civiles que, sobre todo están vinculados a la responsabilidad empresarial, está difícil porque hay un problema en el Poder Judicial. A los jueces les cuesta entender lo que fue la represión contra sindicalistas, delegados y activistas en todo el país. Ahí existió una mano represiva y vil que tuvo una participación, aportando datos primero, y en muchos casos vehículos, gente y hasta lugares donde se torturaba, como el caso de la Ford. A las juezas y a los jueces, mayoritariamente, les cuesta ver eso. Seguramente por una cuestión ideológica y también por una negación. Hay una negación a ver la mano civil en todo eso".
Para Llonto "todo lo que se hizo es importantísimo para la Argentina y para la humanidad. No quiero poner a la Argentina como vanguardia porque eso sería restarle mérito a la lucha de otros países y de otras compañeras y compañeros que también tuvieron que hacer lo mismo que se hizo en nuestro país".
"Ya hay un largo camino iniciado a partir del Juicio a las Juntas, con todos los sinsabores y cosas buenas que hubo en estos años desde el '85 en adelante. Creo que tenemos un rumbo bien consolidado en nuestra democracia. Estos son los juicios que sostienen a la democracia porque impiden que aparezcan fantasmas golpistas como aparecieron durante tanto tiempo en la Argentina".
"La consigna central hoy tiene que ser acelerar toda esta etapa de juzgamiento y lograr que los juicios no se hagan una vez por semana como se están haciendo ahora sino todos los días. Que cada juicio tenga por lo menos tres audiencias por semana. Lo que queda todavía por juzgar es mucho".
"Nos está faltando la respuesta del Poder Legislativo. El año pasado en plena pandemia se hizo una sesión del Senado por 'zoom' de la que participamos con la comisión que estaba estudiando la Reforma Judicial y logramos que se comprendiera que había que introducir tres artículos para los juicios de lesa humanidad: considerar a los juicios por delitos de lesa humanidad prioritarios en el sistema judicial argentino, un artículo que establezca que los juicios se tienen que hacer al menos tres días por semana y un artículo que establece la necesidad de contratar más gente en los juzgados donde hay causas de 'lesa' para que se pueda investigar más intensamente. Los artículos fueron efectivamente introducidos, aprobados y votados en el Senado pero no en Diputados. La ley de Reforma Judicial espera desde hace casi un año el tratamiento y la sanción en Diputados .Si esa ley saliese el Poder Judicial estaría obligado a cumplirla y creemos que los juicios tendrían un fuerte impulso de aceleración", finalizó.