Paula Pérez Alonso, autora de “No sé si casarme o comprarme un perro” reflexionó sobre las nuevas formas del amor en estos tiempos y se adentró en Kaidú, su nueva novela.
La obra aborda la historia Juan y Aina una pareja que adopta un perro callejero, Kaidú y busca repensar la idea antropocéntrica del perro como mascota, como entretenimiento y propone la construcción de otro tipo de vínculos.
En El Refugio, por AM1270 la periodista y escritora señaló: “Kaidú lo que nos viene a decir es que desconocemos muchas cosas pese a que tenemos conocimiento, raciocinio y accedemos a un saber. Entonces, lo más inteligente que podemos hacer es conocer nuestra propia ignorancia, porque hay planos que no tienen que ver con la razón y pueden ser tanto o más interesantes”.
La autora señaló que la novela parte desde “otra mirada para repensar las relaciones. Y desde una situación mínima, sencilla” como son las diferentes relaciones que construyen los personajes con el perro “se explora una situación existencial, compleja y arraigada” como es la relación del hombre con los animales y la naturaleza; y a partir de allí pretende cuestionar la mirada antropocéntrica que hoy es hegemónica.
Pérez Alonso adelantó que Kaidú “tienen muchos niveles” y en principio aborda “una historia de amor de a tres porque el perro es de Juan, ya que es él quién lo adopta y lo educa”. Pero, luego el animal logra cautivar a Aína, su compañera. Sin embargo, Kaidú también intenta explorar “la relación de dominio y todo aquello que sea dominar al otro ya sean personas o especies y que por suerte en nuestra época se está poniendo en cuestión.”
La escritora adelantó que Juan adopta al cachorro en la Sociedad Protectora de Animales cuando ya tenía dos años y lo educa de una forma particular porque “camina sin correa, para en las esquinas. Y a Aína lo que más la sorprende es precisamente esa relación de pares que hay” entre ellos.
Luego, “Aína empieza a tener una relación con Kaidú, distinta de la que tiene Juan porque empieza a aparecer entre ellos una cosa de seducción. Ella es cautivada por su mirada que es muy particular, por sus conductas. Porque se encuentra con un perro que la va inquietando y la va desacomodando. Y, empieza a cuestionar el lugar central que tiene el humano, y lo antropocéntrica que es la mirada en la que hemos sido educados. Pues, en ese marco, los animales son cosas que dependen de uno y uno las tiene para entretenerse, para acompañarse, o para cuidarnos”.
Sin embargo, cuando Juan de va de viaje, ella “sigue pensando en las coordenadas que todos pensamos y que nos van estructurando: la fidelidad, la infidelidad. Y hasta se llega a preguntar si está siendo infiel por todo lo que ella siente y por todo lo que cree que siente el perro por ella. Y, en ese camino, Kaidú le enseña un montón de otras cosas” concluyó.