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PAULA PÉREZ ALONSO REFLEXIONA SOBRE LAS NUEVAS FORMAS DEL AMOR EN SU NUEVO LIBRO
EL REFUGIO, AM 1270

PAULA PÉREZ ALONSO REFLEXIONA SOBRE LAS NUEVAS FORMAS DEL AMOR EN SU NUEVO LIBRO

Por Laura rodríguez / 22 de August, 2021
La novela aborda la relación de una pareja con Kaidú, un perro callejero.



Paula Pérez Alonso, autora de “No sé si casarme o comprarme un perro” reflexionó sobre las nuevas formas del amor en estos tiempos y se adentró en Kaidú, su nueva novela.

La obra aborda la historia Juan y Aina una pareja que adopta un perro callejero, Kaidú y busca repensar la idea antropocéntrica del perro como mascota, como entretenimiento y propone la construcción de otro tipo de vínculos.

En El Refugio, por AM1270 la periodista y escritora señaló: “Kaidú lo que nos viene a decir es que desconocemos muchas cosas pese a que tenemos conocimiento, raciocinio y accedemos a un saber. Entonces, lo más inteligente que podemos hacer es conocer nuestra propia ignorancia, porque hay planos que no tienen que ver con la razón y pueden ser tanto o más interesantes”.

La autora señaló que la novela parte desde “otra mirada para repensar las relaciones. Y desde una situación mínima, sencilla” como son las diferentes relaciones que construyen los personajes con el perro “se explora una situación existencial, compleja y arraigada” como es la relación del hombre con los animales y la naturaleza; y a partir de allí pretende cuestionar la mirada antropocéntrica que hoy es hegemónica.

Pérez Alonso adelantó que Kaidú “tienen muchos niveles” y en principio aborda “una historia de amor de a tres porque el perro es de Juan, ya que es él quién lo adopta y lo educa”. Pero, luego el animal logra cautivar a Aína, su compañera. Sin embargo, Kaidú también intenta explorar “la relación de dominio y todo aquello que sea dominar al otro ya sean personas o especies y que por suerte en nuestra época se está poniendo en cuestión.”

La escritora adelantó que Juan adopta al cachorro en la Sociedad Protectora de Animales cuando ya tenía dos años y lo educa de una forma particular porque “camina sin correa, para en las esquinas. Y a Aína lo que más la sorprende es precisamente esa relación de pares que hay” entre ellos.

Luego, “Aína empieza a tener una relación con Kaidú, distinta de la que tiene Juan porque empieza a aparecer entre ellos una cosa de seducción. Ella es cautivada por su mirada que es muy particular, por sus conductas. Porque se encuentra con un perro que la va inquietando y la va desacomodando. Y, empieza a cuestionar el lugar central que tiene el humano, y lo antropocéntrica que es la mirada en la que hemos sido educados. Pues, en ese marco, los animales son cosas que dependen de uno y uno las tiene para entretenerse, para acompañarse, o para cuidarnos”.

Sin embargo, cuando Juan de va de viaje, ella “sigue pensando en las coordenadas que todos pensamos y que nos van estructurando: la fidelidad, la infidelidad. Y hasta se llega a preguntar si está siendo infiel por todo lo que ella siente y por todo lo que cree que siente el perro por ella. Y, en ese camino, Kaidú le enseña un montón de otras cosas” concluyó.